Este es el himno nacional más antiguo del mundo que rinde homenaje al rey de España y aún está en vigor
Su autoría es atribuida, aunque con algunas dudas, a Philips van Marnix

Felipe II heredó un enorme imperio entre cuyos territorios estaban los Países Bajos
Barcelona - Publicado el
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Por extraño que parezca, el himno nacional de los Países Bajos, conocido como “Het Wilhelmus”, empieza con un homenaje al rey de España. Sí, has leído bien. El país que luchó durante ochenta años por independizarse del dominio español canta hasta hoy una letra que declara lealtad a ese mismo monarca. ¿Cómo es posible? La historia detrás de este himno es tan fascinante como compleja.
La canción, cuya versión más conocida tiene 15 estrofas (aunque en actos oficiales solo se suele cantar una), comienza así: “Wilhelmus van Nassouwe / ben ik van Duitsen bloed / den vaderland getrouwe / blijf ik tot in den dood.” Es decir: “Guillermo de Nassau / soy de sangre alemana / fiel a la patria / permaneceré hasta la muerte.” Y justo después añade: “Den Koning van Hispanje / heb ik altijd geëerd” — “Al rey de España / siempre he honrado.”
Y ahí es donde a muchos les entra la duda: ¿cómo puede un himno nacional, símbolo de independencia y unidad, hacer referencia con respeto al rey contra el que lucharon?
¿por qué hace homenaje al rey de españa?
Para entenderlo, hay que retroceder varios siglos. La letra del himno se escribió entre 1568 y 1572, en plena revuelta de los Países Bajos contra el dominio del Imperio español. Su autoría es atribuida, aunque con algunas dudas, a Philips van Marnix, señor de Saint-Aldegonde, un seguidor del reformador protestante Calvino y aliado del príncipe Guillermo de Orange.
En esos años, Guillermo era una figura central en la resistencia neerlandesa. Sin embargo, su rebelión no fue, al menos al principio, un acto de traición directa al rey Felipe II. Más bien, se trataba de una protesta contra los abusos de poder, la represión religiosa y la intransigencia del gobierno impuesto por España. En otras palabras, Guillermo quería reformar la relación con la Corona, no necesariamente romperla desde el primer momento.
De ahí ese extraño homenaje inicial al rey de España. El “Wilhelmus” se construye como una especie de declaración personal del propio Guillermo. No es un himno patriótico al estilo moderno, sino un poema en primera persona, casi una confesión. En él, Guillermo expresa su dilema: fiel a su conciencia, a su patria, y aun con respeto hacia el monarca, se ve obligado a levantarse contra la injusticia.

La revuelta holandesa
es oficial desde 1932 aunque se usa desde mucho antes
A lo largo de las estrofas, el himno desarrolla una narrativa más religiosa y personal que política. Habla de la lucha interior del príncipe, de su fe en Dios y de su compromiso con la libertad de conciencia. Es un himno profundamente protestante en espíritu, aunque con palabras que intentan evitar la ruptura total con la autoridad legítima del momento. En ese contexto, decir que “honraba al rey de España” no era contradictorio, sino parte del complicado equilibrio político que intentaba mantener.
Lo curioso es que, aunque esa época quedó atrás hace siglos, el “Wilhelmus” ha sobrevivido como himno nacional. Oficialmente adoptado en 1932, aunque usado informalmente mucho antes, ha resistido revoluciones, invasiones y modernizaciones. En parte, porque es mucho más que una simple canción: es un símbolo de la identidad neerlandesa, de su historia de resistencia, tolerancia y compromiso con la libertad.
se sigue cantando como parte de la historia de la nación
Para muchos neerlandeses, el verso sobre el rey de España no es una muestra de sumisión, sino un testimonio del contexto histórico en el que nació el país. Es una reliquia que no se ha querido reescribir, quizás por respeto a los orígenes, o quizás porque cambiarla sería negar una parte esencial de lo que fueron.
Y así, en pleno siglo XXI, en actos oficiales, eventos deportivos o celebraciones nacionales, los neerlandeses siguen entonando una canción que remite a un conflicto de hace más de 450 años. Una canción que honra a un rey extranjero y que, sin embargo, sigue siendo profundamente propia.
Porque al final, el “Wilhelmus” no es solo un himno: es una lección de historia cantada. Una ventana a un pasado complejo, lleno de contradicciones, que aún hoy tiene algo que decir.