Por qué “cantan” los porteros
El término “cantada”, que define el fallo estrepitoso de un guardameta, tiene efectivamente su origen en el mundo de la música.

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Barcelona - Publicado el
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Por razones que no hace falta explicar, la demarcación de portero es la más peculiar en un equipo de fútbol. Los errores de los jugadores de campo despiertan la crítica de los seguidores de ese equipo, la burla de los seguidores del equipo contrario y la impiedad de los periodistas que cubren el partido para los diferentes medios de comunicación. Cuando el error lo comete un guardameta, el fallo suele ser más vistoso y escandaloso. La filosofía barata del fútbol le pide siempre a los porteros que paren las que van dentro y, ya puestos, que no metan dentro las que van fuera. Si sucede algo de ese rango en un partido, sea cual sea la categoría, es entonces cuando en numerosas ocasiones entra en juego el término “cantada” o sus variantes “cante” o “cantazo”. Lo que muy pocos conocen es que los porteros “cantan” efectivamente en referencia al mundo de la música.
En 1905 el guardameta holandés Frank Knoote llegó a Italia procedente de su país natal. Entre 1900 y 1902 Knoote había contribuido a que su equipo holandés, el Victoria Wageningen, ganara el campeonato regional del Este de Holanda. El Victoria perdió esos tres años la final del Campeonato de Holanda absoluto y Knoote pensó que era el momento oportuno de engrandecer su palmarés individual en el fútbol y en su profesión principal.
A Knoote la oferta del Milan le acabó cuadrándole su círculo personal. No por asunto de sueldo, sino por un tema cultural. Knoote era cantante de ópera de profesión dedicándose al fútbol como segunda actividad. Knoote se matriculó en el Conservatorio de Milán para perfeccionar su técnica lírica y allí entabló amistad con los hermanos Pirelli que le facilitaron su llegada al Milan.
Knoote sólo puso una condición para enrolarse en la escuadra “rossonera”. No jugaría en los días de lluvia o mal tiempo para no acabar resfriado y con la voz perjudicada. Los campos húmedos eran la peor pesadilla para Knoote y también para su entrenador, obligado a mirar los viernes la previsión del tiempo para saber si podía contar o no con el portero el fin de semana.
Era cuestión de tiempo que el clima no le acabara haciendo una jugarreta a Knoote, su entrenador y el Milan. El rotativo de la época MondoSportivo cuenta como en mitad de un partido (afortunadamente amistoso) del Milan lo que era una tarde soleada se truncó con un repentino e inesperado aguacero. Con las primeras gotas, Knoote no se lo pensó dos veces, dejó desatendida la portería y se refugió en el vestuario para estupefacción de compañeros y adversarios. Sus compañeros le pidieron explicaciones y el tenor holandés fue rotundo: “Juego de portero, pero soy cantante.” La anécdota emprendió recorrido por toda Italia y a partir de ese momento el término “cantada” comenzó a asociarse con las acciones incomprensibles de los arqueros en el campo.
Como era previsible, Knoote jugó muy poco en el Milan. Su paso por San Siro le dio para ganar un Scudetto en 1906 antes de retirarse del fútbol y... contribuir a la fundación del Inter. En 1910 acabó sus estudios de música pero su carrera se vio truncada por la Primera Guerra Mundial. En 1920 volvió de manera fugaz a los escenarios. Jugó de portero pero fue fundamentalmente un cantante con una contribución peculiar al mundo del fútbol.