"O Sánchez lo sabía todo y ha estado ocultándolo estos años, o no se enteró de nada. O cómplice o inútil; y a mí me da que de tonto no tiene un pelo"

La pregunta es muy sencilla y es un tanto retórica porque la respuesta es evidente. ¿De verdad, Pedro Sánchez no sabía nada de nada? ¿De verdad Pedro Sánchez no sabía nada de la calaña de sus amigotes hasta el punto de que eran sus números dos consecutivos? ¿No sabía nada de la calaña de Ábalos, de su afición a las sobrinitas y a sus divertimentos? ¿No sabía nada Pedro Sánchez de los negocios empresariales de Santos Cerdán? ¿De verdad no sabía nada ni olía nada de Koldo y sus andanzas, ese socialista ejemplar?

Es más, ¿Pedro Sánchez no supo nada nunca de la campaña contra Isabel Díaz Ayuso más allá del papel o no del fiscal general? Los jueces sabrán. ¿Nunca se enteró de los chanchullos empresariales, docentes, la cátedra o el software de su mujer que lo hacía desde casa, desde el Palacio de la Moncloa? 

¿Nunca sospechó nada Pedro Sánchez del hermano? O una de dos: o lo sabía todo y ha estado ocultándolo estos años, por lo tanto, es cómplice, o no se enteró de nada, ni de Ábalos, ni de Santos Cerdán, ni de Koldo, ni del fiscal, ni de la mujer, ni del hermano. Por lo tanto, es un inútil. O cómplice o inútil. Y a mí me da que de tonto no tiene un pelo. Por lo tanto, apesta.