El peligro de los furtivos durante la temporada de setas: arrasan los montes y ponen en jaque el futuro del ecosistema
La Guardia Civil incauta miles de kilos cada año a grupos organizados que recogen sin licencia y con métodos que impiden la regeneración de las setas

Guadalajara - Publicado el
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El otoño en Guadalajara es sinónimo de setas, pero también de furtivos. La Guardia Civil incauta miles de kilos de setas cada año en la provincia, una cifra que evidencia la magnitud de una práctica ilegal que va en aumento. La normativa permite una recogida máxima de cinco kilos por persona y día para autoconsumo, siempre que se cuente con la licencia correspondiente, pero la realidad es que existen grupos organizados que ignoran sistemáticamente la ley.
Grupos organizados y sin escrúpulos
Se trata de "cuadrillas de gente" procedentes de Europa del Este y otros puntos de España que viajan a Guadalajara con el único objetivo de recoger cientos de kilos de setas para su posterior comercialización ilegal. Jesús de la Morena, presidente de la Asociación Micológica La Senderuela, explica que estas personas "cogen kilos y kilos y kilos, pues, se sacan un dinero", que luego venden en mercados fuera de la región.
El principal problema de esta actividad masiva es el grave daño que causa a los ecosistemas. Los furtivos "arramplan con todo", sin respetar tamaños ni ciclos de crecimiento, lo que impide la regeneración de las setas para futuras temporadas. Esta práctica extractiva no solo agota el recurso, sino que daña el micelio, la parte subterránea del hongo esencial para su reproducción. "Las setas están ahí en el campo haciendo su misión", recuerdan desde la asociación, en referencia a su importante papel ecológico.
Las setas están ahí en el campo haciendo su misión"
Presidente de la Asociación Micológica La Senderuela
Sanciones y complejidad normativa
Las sanciones para los infractores son severas. Las multas oscilan entre los 100 y 1.000 euros para infracciones leves, de 1.001 a 100.000 para las graves, y pueden alcanzar el millón de euros en los casos muy graves, especialmente cuando además de las grandes cantidades recogidas se demuestra que se ha afectado a los ecosistemas.
A la problemática de los furtivos se suma la complejidad de la regulación. Para poder recoger setas es necesario obtener una licencia, pero cada municipio tiene su propia legislación. "Tienes que ir sacando permisos en cada pueblo", señala De la Morena, quien compara la situación con el modelo de Castilla y León, donde un único permiso online facilita la recolección en grandes áreas.
El peligro de las intoxicaciones
Más allá de la ilegalidad, la recolección de setas sin los conocimientos adecuados entraña un serio riesgo para la salud. Los expertos aconsejan no consumir ninguna seta sin tener la certeza absoluta de que es comestible. Ante la duda, la recomendación es clara: "La que no conoces, cojas una bien arrancadita desde el suelo" y llevarla a una asociación micológica para que un experto la identifique.
La que no conozcas, arráncala con todo el tallo desde el suelo y la traes para que la veamos
Presidente de la Asociación Micológica La Senderuela
Las intoxicaciones son más comunes de lo que se cree. En los bosques de Guadalajara habitan especies muy venenosas como la Amanita phalloides, que es mortal, o la Cortinarius orellanus, difícil de identificar para un ojo inexperto. El propio De la Morena confirma que ha habido casos graves en la provincia: "El año pasado me llamaron del hospital, un conocido que tengo, que es médico, que se habían intoxicado, por lo menos, dos [...], pues en el hospital estaban, vamos, la familia".
Este contenido ha sido creado por el equipo editorial con la asistencia de herramientas de IA.



