La cárcel de el Dueso en Santoña ha pasado de albergar a media docena de miembros de la banda terrorista ETA a tener entre sus muros a una veintena.

Es una situación que los funcionarios de la prisión acatan con normalidad en lo profesional pero que en lo personal les tiene “jodidos”, sobre todo a los más veteranos que saben lo que es trabajar en las cárceles cuando ETA los consideraba objetivos de su estrategia terrorista.

Los presos de ETA en el Dueso de momento no han planteado ningún problema al resto de reclusos, tampoco a los funcionarios.

Eso sí, desde el interior de la prisión cuentan a COPE como prefieren relacionarse entre ellos, teniendo además celdas individuales en la mayoría de los casos.

Lo que sí ha llamado la atención de los funcionarios de esta prisión es que todos ellos han mostrado interés por ponerse a trabajar en aquellas cuestiones que pueden desarrollar dentro de la cárcel. Trabajos por los que perciben un salario y cotizan a la seguridad social.

Situación complicada

Para los funcionarios más veteranos no es fácil atender a quién en su día fue uno de los responsables del secuestro de José Antonio Ortega Lara o a los dos miembros de ETA que en septiembre de 2008 colocaron un coche bomba a la puerta de la residencia militar Virgen del Puerto, también en Santoña.

Un atentado que costó la vida al militar Luis Conde de la Cruz.

Son pocos los terroristas que quedan ya alejados de el País Vasco por eso dentro de la prisión no descartan que se puedan producir nuevos acercamientos.

El Dueso es una de las prisiones más cercanas a Euskadi y que además goza de mucho “prestigio” en el mundo penitenciario.

Se trata de una cárcel con grandes espacios abiertos desde los que se puede ver el mar y con peculiaridades como que los presos pueden elegir a la hora de comer entre dos primeros y dos segundos dentro del menú diario.

Si volvieran a acoger a más presos etarras, insisten desde dentro, la profesionalidad de los funcionarios estaría por delante de todo. En lo personal, será otra historia.