El Toscal, un barrio a punto de estallar contra la okupación: "O actuamos o mal vamos"
Los vecinos denuncian que llevan meses de violencia y amenazas. Este lunes un okupa amenazó a una mujer con un bloque de construcción

Vecinos barrio El Toscal
Tenerife - Publicado el - Actualizado
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El barrio de El Toscal, en pleno corazón de Santa Cruz de Tenerife, vuelve a sufrir una noche complicada por enfrentamientos entre vecinos y okupas. Todo ocurrió a las puertas de la casa terrera ilegalmente tomada de la calle de El Saludo, en la que desde hace meses los vecinos denuncian que vive un grupo numeroso de okupas muy conflictivo. Los residentes se encontraban de nuevo protestando por la inseguridad que suponen para el barrio, cuando una de las personas que habitan en el interior de la propiedad salió fuera con gestos de provocación.
El ambiente poco a poco se fue caldeando, hasta que a la policía no le quedó más remedio que intervenir: uno de los okupas, de 26 años, intentó tirar un bloque de construcción a una de las vecinas. Fue detenido por presuntos delitos de amenazas y resistencia, además de desobediencia a gentes de la autoridad.
LA VERSIÓN DE LOS VECINOS
En Herrera en COPE Tenerife hemos podido hablar con dos vecinos que estuvieron presentes en la trifulca. Para empezar, Laura es una de las protagonistas del vídeo. Relata que estaba paseando a su perro cuando se encontró con algunos de estos okupas en un fuerte estado de embriaguez, dicen que por el hecho de que ya ha terminado el ramadán: "Alcohol, fiestas, ruidos hasta la madrugada. Ya lo estaban celebrando, claro".

Barrio el Toscal, Santa Cruz de Tenerife
Laura comenta que ella y sus vecinos continúan haciendo caceroladas para presionar la marcha de estos okupas, pero que los ánimos de lucha cada vez van a menos: "Al principio éramos unos 40. Luego hicimos un grupo de WhatsApp y lo redujimos a 30. Al final los que vamos todos los días, vamos a ser unos 6, el resto van alternando". Ella explica que vive en la misma calle y reconoce que vive con miedo por si se meten en la azotea o en el patio que comunica todas las viviendas.
Podría haber sanciones
Vecino de el barrio El Toscal
Carlos, otro toscalero, piensa que las advertencias de la subdelegación del Gobierno también han echado para atrás a muchos vecinos: "Si no se hacían las comunicaciones oportunas, con 10 días de antelación, para concentraciones de más de 20 personas, podría haber sanciones". Reconocen que intentan ir al límite de esta cantidad para hacer algo de prensión, pues no tienen otra alternativa. "O actuamos o mal vamos, porque entonces van a terminar siendo ellos los que nos van a sacar", sentencia Laura.

Carteles colgados por vecinos
¿Y LA JUSTICIA?
La sensación que tienen los vecinos, de nuevo, es que las denuncias no están sirviendo de nada: "Tenemos un pacifismo, una parsimonia aquí que es impresionante. Parece que la única que le duele su tierra es a mí y a los cuatro vecinos que tengo viviendo al lado mío", expresa Laura. Añade que al principio el trato del vecindario hacia ellos era bueno, hasta que llegó el episodio de la amenaza con navaja: "Ya fue como nosotros somos los chungos y ustedes son los pringados".
Esos policías los estás quitando de otros servicios donde pueden ser necesarios
Vecino de el barrio El Toscal
Ambos vecinos reconocen que ha aumento la presencia policial en el barrio, pero que esto no está resolviendo el problema. "Si no hay una orden judicial, la autoridad administrativa no puede determinar que haya un desalojo", lamenta Carlos. "Yo creo que ayer había cinco policías alrededor de la zona, y 20 o 30 policías durante toda la noche. Esos policías los estás quitando de otros servicios donde pueden ser necesarios".
la paciencia se está agotando
El vecindario reclama que lleva meses con esta situación que, por el momento, no parece que tenga solución. Laura insiste en que ya algunos okupas han admitido a otros medios de comunicación que no piensan abandonar la casa bajo ningún concepto. Una respuesta que no convence a los vecinos, pues están decididos a seguir haciendo campaña hasta recuperar la paz que alguna vez reinó en el barrio.