Economía
Los guachinches de Tenerife, entre la ruina y la resistencia
Muchos tendrán que cerrar durante las próximas semanas por las nuevas restricciones a causa de la pandemia

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Madrid - Publicado el
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Las nuevas medidas restrictivas para Tenerife han supuesto un durísimo golpe para los guachinches y sus variantes más modernas, que ya venían arrastrando una importante crisis desde el comienzo de la pandemia.
La mayoría de ellos, por ubicarse en zonas de medianías con temperaturas relativamente frías, son espacios cerrados. Ahora, el decreto del Gobierno de Canarias ha prohibido la hostelería en interiores y limita el consumo en terrazas al 50 por ciento de su aforo.
Esta nueva situación tiene dos lecturas que, además, son perfectamente compatibles: una frustración mezclada con la resignación al tener que cerrar, mínimo, durante las dos próximas dos semanas; y la orinigalidad para buscar la forma de adaptarse a los requisitos sanitarios.
Quienes ha tenido que cerrar lamentan que se vea al sector de la restauración como responsable del aumento de los contagios en Tenerife. La subdirectora médica de Atención Primaria en la isla, Ana Darias, ya señaló días atrás en COPE Canarias que en Tenerife hay "una cultura del guachinche, de reunirse en bodegas" que podía ser parte del problema.
Muchos guachinches se vieron obligados meses atrás a pedir ayuda a sus clientes para poder superar la merma de clientes y de ingresos. Es el caso de El Plantón, en Santa Úrsula, que ahora cierra por segunda vez este año, aunque ha destacado en las redes la generosa propina de unos clientes este viernes, horas antes de la entrada en vigor de las nuevas medidas. "Queremos dejarles esto por que sabemos que van a tener que cerrar, y si no nos ayudamos entre nosotros, ¿quién lo va a hacer?", les dijeron a los propietarios.
Otros guachinches han optado por seguir remando y han establecido servicio de entrega a domicilio, publicando en las redes sociales la carta para que los clientes se animen a pedir comida típica canaria y consumirla en casa. En esto está jugando un papel fundamental el grupo de Facebook Guachinches modernos de Tenerife, con 97.000 miembros.
Y otros locales han aprovechado y adaptado sus instalaciones para consumir en terraza. Para hacer frente al frío de diciembre, algunos han colocado carpas o lonas. Todos no han tenido suerte, como un bar de La Orotava que la Policía ordenó cerrar por considerar que no se ajustaba a la normativa. Otros, sin embargo, han logrado utilizar espacios de la vía pública para colocar mesas, como en La Laguna o en Llano del Moro.
En todo caso, se trata de un herida grande en un sector que en pleno diciembre, con el vino nuevo y las comidas de Navidad, suele generar importantes ingresos.