Seguro que será difícil para los habitantes de Hermigua, en La Gomera, olvidar el día en el que una ambulancia acudió al pueblo para trasladar a los cinco alemanes de quien se sospechaba podían haber sido infectados por el coronavirus. En COPE nos hemos acercado a este pequeño municipio de la cosa norte de la isla para que nos contaran la experiencia.

Marcos es un vecino de la misma calle, que reside a unos 50 metros de la vivienda vacacional y vivió en primera persona todo el proceso, una situación totalmente inesperada como admite, que empieza a las diez de la mañana. A esa hora, total normalidad y un encuentro.

"A las diez estuvimos con dos de ellos, nos cuenta, porque mi perro se metió por debajo de la puerta de la entrada de su casa y uno de ellos se pone a jugar con el". A esa hora, relata, ellos todavía no sabían nada".

Pero a las doce, dos horas después, las cosas cambian. De repente, aparece una ambulancia del Servicio Canario de la Salud, con el personal embutido en ropa de plástico. "Parecían astronautas", rememora con la misma cara de sorpresa que seguro adoptó en ese momento". 

Entraron en la casa y permanecieron allí durante media hora. Acto seguido, salieron con dos de ellos a los que introdujeron en el vehículo. Posteriormente, sobre la una de la tarde, llegó una segunda ambulancia que trasladó a los otros tres alemanes. 

Marcos nos contaba que primero les llevaron al ambulatorio municipal, que estuvo cerrado para estas personas durante un espacio de tres horas, para posteriormente llevarles al hospital Nuestra Señora de Guadalupe, en San Sebastián de La Gomera.

Marcos narra lo vivido, pero Alonso, además, da testimonio de las consecuencias que esta situación empieza a tener para los vecinos de la zona. Es el propietario del restaurante El Silbo, un lugar que en fin de semana está lleno de turistas. Sin embargo, este sábado, solo un grupo de cinco personas come en su salón.

"Normalmente hoy tendría que estar lleno, pero mira cómo está la sala, vacía. Todo es consecuencia de lo que ha pasado ahí enfrente", se queja. "Si esto sigue mucho tiempo, nos va a perjudicar mucho", dice este hostelero, que hace un llamamiento a las autoridades públicas para que se pronuncien a favor de que la gente acuda a la zona con confianza.

Hermigua se está llevando la peor parte de esta crisis del coronavirus, aunque seguro que la situación podría afectar a toda la isla si se prolonga mucho en el tiempo. De momento, en la capital, la gente se toma las cosas de forma tranquila.

Son conscientes del ingreso de los cinco alemanes en el hospital, de la situación en China... pero este sábado soleado, todo el mundo estaba en la calle, tranquilos, disfrutando de la jornada y sin una sola mascarilla. Uno de ellos nos dice: "El gomero es inteligente, no le da vueltas a la cabeza".