María Auxiliadora Díaz, magistrada de Violencia sobre la Mujer de Las Palmas, ha asegurado en los micrófonos de COPE Gran Canaria que la desaparición de las niñas Anna y Olivia el pasado 27 de abril a manos de su padre, Tomás Gimeno, y su posible asesinato a manos del mismo, respondería a un tipo de violencia de género: la violencia vicaria.

“Lo acaba de incorporar la Ley Orgánica de Protección a la Infancia. Es violencia vicaria porque es el tipo de violencia que se dirige contra los niños y niñas, menores de edad, allegados o familiares de la mujer que es víctima de violencia de género con la única finalidad de causar el mayor daño que se puede hacer a una mujer”.

La jueza insiste en que este tipo de violencia aún es invisible a los ojos de la sociedad. “Somos inmaduros en este aspecto y no somos conscientes de que los niños y niñas están expuestos”. La magistrada denuncia que la población sigue entendiendo que un maltratador puede ser un buen padre, cuando en realidad nos podemos encontrar con este tipo de situaciones.

Sin embargo, María Auxiliadora Díaz ha apuntado a que esta situación ya se está revirtiendo, ya que se ha modificado la Ley Orgánica de Protección Integral a la Infancia y a la Adolescencia, donde se establece, como regla general, la suspensión del régimen de visitas al menor siempre y cuando este haya presenciado o vivido los actos de violencia, aunque no se hayan dirigido a su persona.

La magistrada señala que “debemos ser conscientes de la máxima protección que tenemos que dar a esos niños y niñas”. Denuncia que la sociedad es tolerante con este tipo de violencia y no la considera violencia de género.

NO JUSTIFICAR LA ACCIÓN DEL MALTRATADOR, NO ESTÁ LOCO

Asimismo, María Auxiliadora Díaz ha insistido en la necesidad de que no se justifique la acción del maltratador. “No se puede decir que el perfil de este tipo de sujetos está loco. Es un varón, heterosexual, de entre 30 y 50 años, que no tiene ningún tipo de trastorno mental”.

La jueza destaca que se debe eliminar ese hecho de pensar que “se le fue la cabeza” y por eso actuó de esa manera. Advierte que no es el alcohol, las drogas o un trastorno mental. No se debe justificar la violencia. “La violencia se ejerce por el hecho de querer hacer daño a la mujer”.

Por ello, la magistrada indica que esto tiene que suponer un cambio de criterio para que haya una transformación en la sociedad y, de una vez por todas, ser conscientes de que es necesario proteger a los niños y niñas que se encuentran en el entorno de la violencia.