Un español de origen africano viaja a Senegal y, 14 meses después, este es el motivo por el que decide regresar a Las Palmas
Bachir Samb, que nació en España, viajó a Senegal para tres meses y terminó pasando allí 14 meses

Bachir Samb
Gran Canaria - Publicado el
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Bachir Samb tiene 28 años, nació en Las Palmas de Gran Canaria, es español de origen de padres senegaleses y su historia es la de muchos que crecen entre dos culturas, sintiéndose de ambas, pero con la sensación de que no pertenece a ninguna de las dos.
En Herrera en COPE Gran Canaria, relató su experiencia que solo da el tiempo y la resiliencia, los comienzos en el colegio fueron complicados: "Era el único de raza negra de la clase y sufrí bullying, me hacían sentir diferente, lo soporté porque mi familia me apoyaba". Fue una primera experiencia con la xenofobia, pero no la única".

Bachir Samb
Viajó a senegal para 3 meses, pero se alergó 14 años
Con solo 8 años, viajó a Senegal para cuidar a su abuela, un viaje que estaba concretado solo para tres meses, pero se alargó a 14 años. Aquel niño español que nunca había salido del archipiélago, pasó una tierra que le era cercana, pero desconocida: "Lo primero que me impactó fue ver la arena en las calles, yo estaba acostumbrado a verla solo en la playa, me entró pánico porque todo era diferente".
También el idioma, "yo solo hablaba español y en Senegal se habla el Wólof", notó y mucho la barrera idiomática. La comida también fue un shock: "Allí se come en un solo plato para todos y yo no estaba acostumbrado, además los más mayores eran los que más privilegios tienen, se les respeta mucho", y luego la religión: "En Senegal, se reza 5 veces al día", él solo lo hacía una vez al día.
Me decían que era blanco por fuera, pero blanco por dentro, que no era de aquí
Pero lo que más le dolió no fue el idioma, ni la comida, ni las costumbres, lo que más le impactó fue el rechazo que sufrió. "Me decían que era negro por fuera, pero blanco por dentro, que no era de aquí", esto le perturbaba.
"Ellos saben perfectamente quién es de la tierra y quien no por su forma de hablar, su forma de caminar e incluso de comportarse", lo trataban como un extranjero incluso en la tierra de sus raíces; sin embargo, a pesar de sentirse solo durante demasiado tiempo y con el aprendizaje de sus tiempos de la escuela en Gran Canaria, logró adaptarte y aprendió la lengua, las costumbres y finalmente fue aceptado.

Bachir Samb
En senegal se puede crecer y avanzar
Bachir encontró trabajo en la tienda de su abuela, ahí aprendió a ser autónomo, a ser incluso un empresario: "me encargaba de tratar con los clientes, de hacer los pedidos", asegura con ilusión, además advierte que en Senegal "se puede crecer y avanzar", cuenta.
No obstante, a pesar de haberse integrado, su deseo era volver a España, pero tenía que lidiar con la administración, de hecho, el motivo de su larga estancia en Senegal fue porque tras la separación de sus padres, cada uno se fue a vivir a un país diferente y esto le produjo una situación administrativa muy complicada.
A pesar de ser español de origen "me quedé sin NIE y no podía renovar mi identidad", pero se dijo: "estoy aquí, no estoy tan mal, además; todo pasa por algo y decidió fluir." Bachir pudo regresar a los 22 años, volvía con la ilusión de reencontrarse con su gente, de retornar a su vida, pero nada era como antes, "perdí a mis amigos, incluso la mujer con la que vivía falleció", y esto le generó ciertas dudas, pero tiró hacia adelante a pesar de que "la gente la vi menor receptiva",

Bachir Samb
Cuando decía que era español, no le creían
Cuenta que el primer comentario que recibió fue. 'Hablas muy bien español', "cuando les decía que había nacido aquí, hizo un gesto con la cabeza, parece que no se lo creía", pero al final no encontró problemas de ninguna clase. A día de hoy, cuando le preguntas de dónde es, responde sin dudar: "Soy de Las Palmas de Gran Canaria pero de padres senegaleses". Es una frase sencilla que encierra años de conflicto identitario.
Ahora, Bachir ha encontrado en el arte una vía para sanar y expresarse: "uso el dolor para crear porque mi historia refleja que incluso con dolor hay algo que siempre brilla". Con su historia, Bachir, pone rostro y voz a una realidad silenciada: la de quienes, como él, caminan entre dos orillas.