Una familia de Valencia rehace su vida Asturias tras perder al abuelo en la dana: "Es muy duro"

Ha pasado un año desde que la tragedia golpeó a la familia de Susana Torres. La dana que azotó Valencia el 29 de octubre de 2024 les arrebató sus pertenencias, sus recuerdos y a un miembro de su familia. Ahora, Susana, su marido Julián, y sus dos hijos, Enrique de 20 años y Ana María de 14, han encontrado en Villaviciosa (Asturias) una nueva oportunidad para empezar de cero con la peluquería y el bar que han puesto en marcha.

El recuerdo imborrable de la DANA

En una entrevista concedida a COPE Asturias, Susana Torres ha recordado aquel fatídico día de la riada como algo horrible. "Es que no hay palabras, es que se destruyó tantas cosas, se lo llevó todo", ha relatado. La familia, originaria de la zona de Albal, Masanasa, Paiporta y Alfazar, vio cómo el agua se llevaba todo a su paso, afectando especialmente a sus allegados. "Toda la familia, toda fue afectada", ha confirmado.

Aunque su vivienda, un cuarto piso, se salvó, la de sus suegros no corrió la misma suerte. Ellos vivían en una planta baja de Masanasa. Cuando se quisieron dar cuenta, el agua les llegaba casi por la cintura. Gracias a unos vecinos pudieron escapar, pero aquella vivencia les pasó factura. El suegro de Susana murió poco después tras sufrir un infarto porque "no pudo con aquel desastre".

Se le fue la vida al ver todo lo que se destruía"

Susana Torrez

Valenciana afincada en Asturias

Una nueva vida en Asturias

Antes de la dana, Susana trabajaba como peluquera y su marido, Julián, era camionero. La riada de finales de octubre acabó con sus trabajos y decidieron emprender una nueva vida fuera de Valencia. Todavía no tienen muy claro por qué acabaron en Asturias, una zona que ya conocían. El clima les gustaba y pensaron que sería un buen sitio para emprender nuevos negocios. 

Lejos de dejarse vencer, la familia ha apostado por el emprendimiento en su nuevo hogar. "Hemos dicho, pues vamos a intentarlo a tope", ha afirmado con convicción. Susana montó su propia peluquería en Villaviciosa el pasado marzo y su marido ahora trabaja como camarero en el bar que han puesto en marcha, demostrando una notable capacidad de resiliencia.

Un año después: entre la gratitud y el dolor

La familia no ha cortado sus lazos con su tierra y viajan a Valencia con frecuencia. Sin embargo, regresar sigue siendo una experiencia difícil. "Vamos mucho, pero cuando bajo, veo todavía los coches amontonados, es muy duro", ha confesado Susana, evidenciando que las cicatrices de la catástrofe siguen abiertas.

Hay muchas personas buenas, aunque hacen más ruido las malas"

Susana Torres

Valenciana afincada de Asturias

Al hacer balance un año después, el sentimiento de Susana es agridulce. Por un lado, lamenta la falta de apoyo institucional: "Nos ha faltado mucha ayuda". Por otro, destaca la solidaridad de la gente: "Realmente hay muchas, muchas personas buenas, aunque hacen más ruido las malas. Ha habido mucha gente a la que agradecerle muchísimo", ha concluido.