Un experto explica a los padres cómo deben utilizar los adolescentes las redes sociales: "No es aconsejable prohibir su uso"
David Álvarez, profesor de Psicología Educativa de la Universidad de Oviedo, reconoce que es “un tema complejo”

Un niño maneja un teléfono móvil
Oviedo - Publicado el
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Martina es de Oviedo y tiene 14 años. Le costó convencer sus padres para que le dieran un móvil, pero finalmente lo consiguió. Lo que más ilusión le hacía era intercambiar mensajes con sus amigas a través de WhastsApp y poder sumarse a Tik Tok para ver vídeos. Entre una y otra cosa se le va una hora diaria. Esta adolescente asturiana reconoce que las redes sociales le quitan tiempo, pero “me parece muy interesante seguir a las 'influencers', ver dónde van y qué hacen”, reconoce.

Logo Tik Tok
La madre de Martina se llama Margarita. Tiene 50 años y ella también es usuaria de las redes sociales (Instagram y Facebook). Las utiliza, sobre todo, para ver qué publican sus amistades y acceder a contenidos sobre adolescentes. “No me lleva más de media hora al día”, ha explicado a COPE. Aunque en su vida diaria no suponen ninguna prioridad, sí le inquieta que su hija pueda hacer un mal uso de las redes sociales y procura controlar los contenidos a los que accede la menor.
LO QUE NO HAY QUE HACER
En el control está la clave, asegura David Álvarez, profesor de Psicología Educativa de la Universidad de Oviedo, que lleva tiempo estudiando los nuevos modelos de conducta de los adolescentes y cómo afectan las redes sociales a sus valores, comportamientos y actitudes. “Son muy atrayentes para ellos y se han convertido en una forma de socializar y de hacer nuevas amistades”, ha explicado en COPE. A renglón seguido remarca los riesgos que hay detrás. “El uso abusivo y el acoso son los principales peligros, por eso es fundamental controlar y limitar la exposición a las pantallas”, ha subrayado.

Redes sociales
David Álvarez aconseja a los padres que no prohíban el uso de las redes sociales a sus hijos porque “forman parte de su normalidad”. Desde su punto de vista es mejor permitir su uso, pero con tiempos y contenidos delimitados y “estar al tanto de lo que ven y con quién contactan”.
“Supervisar es más efectivo que prohibir, pero exige un esfuerzo y también una educación en valores que no siempre es fácil”, ha remarcado.