La imborrable lección de Mael, el niño gijonés que sonríe y juega tras perder sus manos y piernas por una infección por meningococo
Con solo tres años, este pequeño ha superado una grave dolencia y su ejemplo de superación y alegría se ha convertido en una inspiración hasta para sus propios padres: "Él nos hizo el camino más fácil", dicen en COPE

Mael, con sus padres, leyendo un cuento | P.A. (cedida a COPE)
Asturias - Publicado el
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La historia de Mael, un niño gijonés de tres años, es una de superación que ha conmovido a su entorno. Cuatro meses después de sufrir la amputación de sus dos manos y sus dos piernas a causa de una infección por meningococo, su espíritu inquebrantable ha transformado una tragedia en una lección de vida.
Su padre, Pablo, ha relatado, en COPE Gijón, que el pequeño está “saltando, corriendo desde el minuto uno que le amputaron, como si no hubiese pasado absolutamente nada”, demostrando una resiliencia asombrosa.
Una madrugada que lo cambió todo
Todo comenzó en la madrugada del pasado 6 de junio. Mael despertó a sus padres para ir al baño y su madre, Nerea, que es enfermera, detectó unas manchas moradas en su piel, conocidas como petequias. “En el momento que vio estas manchitas moradas me dijo que 'volase'”, recuerda el padre. La familia acudió con lo puesto al hospital, donde se activó un protocolo de urgencia que resultaría vital.

Mael, con sus juguetes en la piscina
Tras una primera valoración en Cabueñes, donde una analítica desveló una infección descontrolada, fue trasladado de urgencia al Hospital Universitario Central de Asturias (HUCA). Allí confirmaron el diagnóstico: una sepsis generalizada por meningococo. El pequeño fue inducido al coma y sus padres recibieron la noticia de que su estado era crítico. A pesar de la gravedad, Pablo destaca la “confianza plena y absoluta” que les transmitió el equipo sanitario.
La difícil decisión y un viaje a Madrid
Aunque los médicos en Asturias podían realizar la intervención, la familia sintió la necesidad de “gastar todas las balas” y buscar una segunda opinión antes de autorizar las amputaciones. “Ni mucho menos por falta de confianza, sino por no quedarnos con ese cargo de conciencia de no haberlo intentado todo”, explica Pablo. Viajaron al Hospital de La Paz en Madrid, donde los especialistas corroboraron el diagnóstico asturiano.
Las amputaciones se realizaron un mes después del inicio de la infección. Desde ese momento, Pablo describe el proceso como un “camino de rosas”, dentro de la gravedad de la situación. Una historia que cuentan a través del perfil de Mael en redes sociales como TikTok.
La recuperación y la actitud de Mael han sido el motor de la familia. El responsable, según su padre, es el propio niño: “El que nos puso el camino fácil fue él, el que no se rindió desde el minuto uno fue él, y nosotros lo que hicimos fue acompañarle”.
El que no se rindió y nos puso el camino fácil desde el minuto uno fue él, nosotros le acompañamos"
Padre de Mael
Un ejemplo de alegría y normalidad
Lejos de la tristeza, Mael es un niño “increíblemente feliz”. Se despierta sonriendo, pide sus prótesis para jugar y no deja de mostrar una actividad tremenda. Para sus padres, verlo así “es el mejor psicólogo”. Pablo siente un “orgullo y admiración” tremendos y subraya que su hijo les ha dado una lección de vida. “El primero que dio normalidad a esta situación fue él, y queremos que así sea”, afirma.

Mael, con las prótesis con las que está a punto de volver a caminar
La familia se niega a que la gente mire a Mael con lástima. “Nos negamos a que esas miradas sean por pena o por dolor, al revés, queremos que sean por alegría, por admiración, por saber que es el niño que venció al dragón”, declara Pablo. Su objetivo es que Mael tenga una vida “plena y funcional”, algo que ya está demostrando a poco más de un mes de usar sus prótesis, con las que ya casi ha logrado caminar.
En este duro camino, la familia no ha estado sola. Además del apoyo “espectacular” de sus allegados, han recibido una ola de ayuda desinteresada. Pablo agradece el respaldo de los sanitarios, de la Universidad de Oviedo a través de proyectos como MediaLab, de antiguos compañeros y de amigos. “Se ha volcado todo el mundo, nos sentimos muy arropados”, concluye.
Este contenido ha sido creado por el equipo editorial con la asistencia de herramientas de IA.
                            
                
                        
                    


