El departamento de Sanidad elaborará un plan específico para gestionar las listas de espera resultantes del fenómeno COVID. Lo ha anunciado en las Cortes la consejera, Sira Repollés, en la que ha sido su primera intervención en el Pleno tras su nombramiento.

Repollés advierte de que, tras atender la urgencia del coronavirus, hay que abordar las necesidades urgentes que se han quedado atrás, como las listas de espera quirúrgicas, consultas o pruebas complementarias. “Es el momento de establecer criterios de priorización clínica para intervenciones quirúrgicas, teniendo especial consideración con los pacientes oncológicos y aquellos en los que la demora de la intervención pueda afectar en su esperanza de vida o su capacidad de recuperación”.

La consejera advierte de que la interrupción de la actividad necesaria para atender la crisis del coronavirus traerá consigo una tercerea oleada de demanda asistencial de enfermedades crónicas; y una cuarta de síndromes de estrés postraumáticos y enfermedades mentales leves derivados del COVID.

Repollés apuesta por planificar una reserva estratégica de recursos ante un segundo brote. En la prioridad de la desescalada está “la atención primaria y la sanidad rural”. La nueva consejera cree necesaria una “gratificación del personal”, que no ha concretado.

Además, anuncia diálogo y acuerdo con los profesionales. “La semana que viene me voy a reunir con todos los sindicatos y, por supuesto, se hablara de la carrera profesional y de otro tipo de incentivos que están pendientes y que tenemos que abordar de alguna manera”, ha anunciado.

También la próxima semana se reunirá con los colegios de Médicos de Zaragoza, Huesca y Teruel. Repollés ya ha mantenido encuentros con el Colegio de Farmacéuticos y las asociaciones de atención Primaria.

UN 6,48% DE PROFESIONALES AFECTADOS

Sobre la realización de test serológicas de detección del coronavirus, asegura que se han ofertado a todos los profesionales. Hasta la fecha se han realizado 21.451 pruebas a 15.960 sanitarios. El resultado es que el 6,48% de ellos han resultado afectados. En los estudios de seroprevalencia de la población general, el porcentaje es del 4,9%. Repollés, no obstante, asegura que “no está indicado realizar test masivos a toda la población sino por criterios epidemiológicos”.

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