Desalojado un hotel en Candasnos (Huesca) donde vivían más de cien temporeros en condiciones insalubres

La Guardia Civil ha llevado a cabo esta semana una operación judicial en el antiguo hotel-restaurante de carretera ubicado a tres kilómetros de Candasnos, en la provincia de Huesca. 

El establecimiento, conocido como 'La Cruzanzana', alojaba a más de un centenar de temporeros en condiciones de hacinamiento e insalubridad. El caso se encuentra bajo secreto de sumario.

CONDICIONES DE HABITABILIDAD INACEPTABLES

El operativo se inició el pasado lunes 16 de junio, cuando agentes de la Guardia Civil procedieron al desalojo del hotel tras detectar que las condiciones de habitabilidad eran inaceptables. 

En un espacio diseñado originalmente para una treintena de personas, se alojaban más de cien, y en algunos momentos se estima que el número habría llegado a superar las 150. Los trabajadores, en su mayoría extranjeros procedentes de Pakistán y Colombia, vivían en habitaciones colectivas, almacenes reconvertidos en dormitorios y espacios sin ventilación ni mobiliario básico. 

Se utilizaban hornillos de butano para cocinar y las instalaciones carecían de armarios y condiciones higiénicas mínimas.

Las autoridades también precintaron dos viviendas anexas relacionadas con el caso, que podrían haber sido utilizadas con fines similares. 

El gerente del establecimiento fue detenido y la investigación se centra ahora en determinar si detrás de este alojamiento irregular hay una red de explotación laboral o incluso indicios de trata de personas.

REUBICACIÓN DE LOS AFECTADOS

Tras el desalojo, las administraciones locales y comarcales activaron un dispositivo de emergencia para dar alojamiento provisional a las personas afectadas. 

El pabellón municipal de Candasnos fue habilitado como refugio temporal, donde se instalaron camas, se distribuyeron mantas y alimentos, y se ofreció asistencia humanitaria con la colaboración de Cruz Roja, Protección Civil y los servicios sociales de la Comarca del Bajo Cinca.

La alcaldesa de Candasnos, Montse Fornies, ha destacado la rápida respuesta de la ciudadanía, que ha mostrado “una gran humanidad y solidaridad” ante la emergencia. 

Aunque una parte de los afectados han sido reubicados, otros siguen bajo custodia judicial a la espera de nuevas decisiones por parte de la Fiscalía y el juzgado de Fraga, que instruye el caso.

PROBLEMA ESTRUCTURAL EN EL CAMPO ARAGONÉS

Este suceso se suma a una macrooperación reciente llevada a cabo en varias provincias de Aragón que destapó una red de explotación laboral en el sector agrícola y permitió liberar a 45 personas en situación de vulnerabilidad. 

El perfil de los temporeros ha cambiado en los últimos años, con una notable presencia de personas procedentes del sur de Asia y Latinoamérica, en contraste con anteriores campañas marcadas por la llegada de ciudadanos rumanos.

Desde el consistorio y la comarca se insiste en la necesidad de reforzar los controles sobre las condiciones de alojamiento de los trabajadores temporales y de exigir responsabilidad a las empresas y propietarios que incumplen la normativa laboral y sanitaria.

El caso de Candasnos ha puesto de nuevo el foco en una realidad que se repite cada campaña agrícola: la convivencia entre la demanda de mano de obra barata y la precariedad en la que viven quienes llegan buscando una oportunidad en el campo.