Así ha quedado el solar del colegio Jesús y María, tras la demolición de los edificios: De Goya a Cortes de Aragón

El panorama urbano del Centro de Zaragoza ha cambiado notablemente en estas últimas semanas. El Colegio Jesús y María, que muchos ciudadanos y vecinos de la zona, estaban acostumbrados a ver en su día a día ya es historia. 

La demolición de sus edificios, pese a las protestas de algunos colectivos, se ha consumado y ahora en el terreno donde, en su día estaba el centro educativo, ahora es un solar vacío que ha cambiado las vistas de esta zona de la ciudad entre la Avenida Goya y Cortes de Aragón.

 El antiguo colegio Jesús y María de Zaragoza, ubicado entre la avenida Goya y la calle Cortes de Aragón, ha sido objeto de una intensa controversia debido a su demolición y al proyecto urbanístico que se desarrollará en su lugar.  

UN PROYECTO INMOBILIARIO

El edificio, cerrado desde 1996 y en estado de abandono, ocupa una parcela de aproximadamente 9.000 metros cuadrados. La promotora Wilcox, en colaboración con el Ayuntamiento de Zaragoza, ha impulsado un proyecto que contempla la construcción de 160 viviendas distribuidas en dos bloques, una plaza peatonal con zonas verdes y un equipamiento municipal aún por definir. 

Como parte del acuerdo, el consistorio recibirá una parcela de 4.000 metros cuadrados y otros beneficios urbanísticos.

una demolición envuelta en polémica

La Asociación Acción Pública para la Defensa del Patrimonio Aragonés (APUDEPA) ha liderado la oposición al derribo, argumentando el valor arquitectónico e histórico del edificio, diseñado entre 1939 y 1943 por el arquitecto catalán Isidre Puig Boada. 

APUDEPA solicitó su protección como bien de interés cultural, pero la Dirección General de Patrimonio Cultural de Aragón desestimó la petición, alegando la falta de elementos singulares que justificaran su catalogación.

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Así ha quedado el Colegio Jesús y María.

En marzo de 2025, el Tribunal Superior de Justicia de Aragón (TSJA) admitió tres informes periciales propuestos por APUDEPA para evaluar el valor patrimonial del inmueble y autorizó una inspección del edificio. Sin embargo, el tribunal aclaró que esta admisión no implicaba la paralización de las obras de demolición.

EJECUCIÓN DE LAS OBRAS

Las labores de demolición comenzaron el pasado mes de febrero y, para abril, ya se había ejecutado aproximadamente el 80% del derribo. Tras la visita de los peritos autorizada por el TSJA, la promotora retomó las obras sin esperar los resultados de los informes, lo que llevó a APUDEPA a solicitar medidas cautelarísimas para detener la demolición. Dicha solicitud fue rechazada por el tribunal, permitiendo la continuación de las obras .  

APUDEPA continuó con sus esfuerzos legales para preservar el edificio que daba a la calle Cortes de Aragón, destacando su valor arquitectónico y su potencial utilidad para la comunidad. Sin embargo, finalmente, toda la estructura del colegio ha quedado derruida.   

Ahora, el siguiente paso es ver cómo se le va dando forma a ese nuevo proyecto inmobiliario. Otro proyecto que, de nuevo, se ha visto envuelto en la polémica y que de nuevo ha generado el debate entre la nueva vivienda y el legado cultural y arquitectónico que tiene la capital aragonesa.