Los Pirineos… en la Luna: la cordillera que refleja nuestra geografía en el satélite
La cadena montañosa de los Pirineos se abre hueco también en la superficie lunar

Les Vallés de Gavarnie
Jaca - Publicado el
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Cuando levantamos la vista hacia la Luna y la observamos llena, probablemente no imaginamos que algunos de sus relieves llevan los mismos nombres que nuestras cordilleras. Uno de los ejemplos más curiosos es el de los Montes Pyrenaeus, conocidos popularmente como los Pirineos lunares. Esta cordillera, situada en el borde oriental del Mare Nectaris, aparece en los mapas selenográficos oficiales y recuerda a la cadena montañosa que conecta Aragón con el sur de Francia.

Mapa de contexto que sitúa los Montes Pyrenaeus en el borde oriental del Mare Nectaris.
El divulgador científico aragonés Carlos Garcés Manau dedica un capítulo de su libro Aragón en el sistema solar (Pregunta Ediciones) a esta historia de geografía duplicada, donde la ciencia y la cultura se encuentran en un terreno inesperado: la Luna. El autor explica cómo a lo largo de los siglos los astrónomos han ido bautizando cráteres, mares y montañas con nombres tomados de la Tierra, y en este caso la referencia fue nada menos que a los Pirineos.
Una cordillera de impacto
Los Montes Pyrenaeus se formaron hace unos 3.900 millones de años, en la época conocida como “Gran Bombardeo Tardío”, cuando el satélite recibió el impacto de grandes meteoritos. Uno de ellos originó la cuenca del Mare Nectaris y levantó crestas que hoy reconocemos como una cadena montañosa. Según el catálogo oficial del USGS (United States Geological Survey), esta formación se extiende a lo largo de 164 kilómetros, con elevaciones que rondan los 2.000 a 3.000 metros.

Vista tomada por la misión Apolo 8 en la que se distinguen zonas próximas a los Montes Pyrenaeus y al cráter Capella.
Aunque más modesta que los Pirineos terrestres, su presencia resulta llamativa porque vincula directamente nuestra geografía con la cartografía celeste. El nombre latino “Pyrenaeus” fue elegido en el siglo XIX por el astrónomo alemán Johannes Mädler, pionero de la topografía lunar, siguiendo la tradición de trasladar denominaciones conocidas de la Tierra a accidentes de la Luna.
Aragón, los nombres y el espacio
El libro de Garcés Manau pone de relieve la huella aragonesa en la nomenclatura planetaria. Cráteres, valles y montañas de Marte, la Luna o incluso de asteroides han recibido nombres inspirados en localidades, ríos o personajes aragoneses. La historia de los Pirineos lunares es, quizá, el ejemplo más cercano al imaginario colectivo, porque conecta una cordillera muy reconocible en la península ibérica con un relieve perdido en la geografía lunar.
Este enfoque cultural y científico ayuda a comprender cómo los nombres en astronomía no son meros tecnicismos: son un puente entre mundos, una manera de traer lo humano a lo cósmico.
Sabías que… ?
Los Pirineos no son la única cordillera terrestre que tiene un lugar en el espacio. La Luna también alberga otras cordilleras con nombres terrestres como los Montes Apeninos o los Montes Cárpatos, todos inspirados en cadenas reales de nuestro planeta.
Además, el pico más alto de la Luna, el Mons Huygens, alcanza unos 5.500 metros, casi como el Mont Blanc en los Alpes. A pesar de la precisión con la que conocemos estas montañas gracias a satélites y misiones orbitales, ninguna misión tripulada ha explorado aún de cerca la zona de los Pirineos lunares.