Malestar en el Pirineo por el Plan de Caza 2026/2027: "Las restricciones son desproporcionadas y no se ha contado con nosotros"
El Gobierno de Aragón abre un plazo de alegaciones para el borrador que limita la caza en más de 76.000 hectáreas debido a la presencia del oso pardo

Marta Lera, alcaldesa de Hecho
Jaca - Publicado el
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El Gobierno de Aragón ha sacado este martes a exposición pública el borrador del Plan General de Caza 2026-2027, un documento que introduce nuevas restricciones en los Pirineos aragoneses debido a la presencia del oso pardo. La propuesta, que abre un plazo de alegaciones de un mes, ha provocado malestar entre varios ayuntamientos de la zona, que aseguran no haber sido informados ni consultados durante su elaboración.
Un plan condicionado por la expansión del oso
El borrador del Plan de Caza 2026-2027 ya incorpora las limitaciones que la Dirección General de Medio Natural pretende aplicar en la actual temporada mediante una resolución que se publicará en breve en el Boletín Oficial de Aragón (BOA). Estas medidas responden a la creciente presencia del oso pardo en el Pirineo, una realidad que ha vuelto a generar debate tras el reciente incidente con un ejemplar en una batida de caza en Ansó.
Más de 76.000 hectáreas con restricciones en el Pirineo aragonés
El nuevo plan delimita como zonas críticas más de 76.000 hectáreas en el Pirineo, con especial incidencia en los valles de Hecho y Ansó, donde se ha detectado una zona de hibernación y otra con presencia habitual de una osa y su cría. También se amplían las áreas de restricción dentro de los Parques Naturales de los Valles Occidentales y del Posets-Maladeta, afectando a amplias zonas de la Ribagorza y el Sobrarbe.
Estas limitaciones incluyen parte de las zonas de influencia de los parques naturales e incluso alcanzan núcleos urbanos como Ansó y Hecho, algo que preocupa especialmente a los municipios, que consideran que el documento “amplía de forma desproporcionada las áreas de protección sin tener en cuenta la realidad local”.
Los ayuntamientos reclaman diálogo
Desde el Ayuntamiento de Hecho, su alcaldesa Marta Lera ha expresado su malestar por la falta de diálogo y por el alcance de las restricciones. “Cuando apareció la primera imagen de la osa con la cría se prohibió cazar en la zona, una medida que podíamos entender porque se trata de un protocolo habitual en otras comunidades, pero de ahí a cerrar toda la extensión que se está planteando, con limitaciones incluso para los perros de caza, nos parece desproporcionado”, explica.
Lera lamenta que el consistorio “no haya sido invitado a participar en la elaboración del borrador” a pesar de ser propietario del monte y del coto local. Recuerda que “ya solicitamos estar presentes en las reuniones sobre el futuro plan de caza, pero no nos avisaron, ni el Servicio Provincial ni la Dirección General han respondido a nuestras instancias”. La alcaldesa asegura que lo más preocupante es que “una vez más, las decisiones se están tomando desde Zaragoza sin contar con el territorio”, y advierte de que la gestión cinegética “no está teniendo en cuenta las necesidades reales de los vecinos”.
El Ayuntamiento de Hecho ha convocado una reunión con los cazadores para analizar el documento y estudiar posibles alegaciones, mientras que el próximo 4 de noviembre se celebrará en Huesca una reunión informativa organizada por el Gobierno de Aragón, con la participación de representantes de cotos, agentes de protección de la naturaleza y responsables municipales.
El oso se consolida en el Pirineo
Según la Dirección General de Medio Natural, actualmente se han identificado seis ejemplares de oso pardo en el Parque Natural de los Valles Occidentales, entre ellos tres machos jóvenes, un macho de dos años, una hembra adulta y la conocida Claverina con su cría. En total, la población de osos en el Pirineo Occidental asciende a diez individuos entre las vertientes aragonesa y francesa, mientras que en la zona oriental se ha detectado la presencia probable de una hembra con cría en Benasque.
Convivencia y gestión del territorio
La expansión del oso pardo en Aragón plantea nuevos retos de gestión y convivencia entre la fauna salvaje, la caza y las actividades tradicionales del Pirineo. Mientras el Gobierno aragonés defiende la necesidad de proteger la especie, los ayuntamientos y cazadores reclaman participación y consenso en la toma de decisiones que afectan directamente a su territorio.





