Emotiva despedida a las monjas benedictinas en Jaca: "Una parte de nuestro corazón se queda aquí"

La iglesia del Monasterio de las Madres Benedictinas de Jaca se ha llenado este sábado en un emotivo acto de despedida a las monjas que, tras siglos de presencia en la ciudad, se marchan. La tristeza y la emoción han marcado una celebración presidida por el Administrador Apostólico de la Diócesis de Jaca, monseñor Vicente Jiménez Zamora.

El Real Monasterio de Santa Cruz de la Serós, conocido popularmente como el Monasterio de las Benitas, estaba conformado desde hace un tiempo por siete religiosas de edad avanzada. Según explicaron en un comunicado, se han visto obligadas a tomar la "difícil decisión" de abandonar Jaca para trasladarse al monasterio de Alba de Tormes, en Salamanca.

Las palabras de la madre abadesa, Teresa Ibáñez, han desbordado la emoción de los presentes, arrancando lágrimas entre quienes han acudido a acompañarlas en este momento tan doloroso. "Una parte de nuestro corazón se queda aquí", ha expresado, conmoviendo a todos con su mensaje de profundo agradecimiento y gratitud.

A lo largo de los años, el Monasterio de las Benitas ha sido mucho más que un lugar de recogimiento: ha acogido un colegio de niños, un internado y, durante un tiempo, también funcionó como hospedería. Estos vínculos crearon lazos muy estrechos entre las monjas y la comunidad jacetana.

El alcalde de Jaca, Carlos Serrano, no ha podido ocultar su tristeza, recordando que "es un día muy triste". En esta ocasión, ha dicho, "doblemente triste, porque enterramos al Papa Francisco y despedimos más de cinco siglos de historia y recuerdos". Asimismo, ha asegurado que desde el Ayuntamiento se hará todo lo posible para preservar el valioso legado que dejan las Benedictinas en Jaca.

Una página se cierra, pero el amor, la fe y el recuerdo de estas mujeres valientes y generosas permanecerán siempre vivos en el corazón de Jaca.