Dos nabatas, de 2 y 3 trompos, respectivamente, surcarán las aguas del Río Gállego, el domingo 21 de abril, en el XX Descenso de Nabatas, declarado Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad por la UNESCO.

La Asociación de Nabateros de la Galliguera lleva semanas preparando el descenso, ya que en primer lugar hay que construir las nabatas y fieles a la tradición, éstas se conforman con troncos, que se atan con sarga, un vegetal que nace al lado de los ríos. Así, el inicio del trabajo nabatero con la corta de sarga empezó el sábado 3 de febrero, continuó con la labor de retorcer verdugos el 6 de abril y con la construcción de nabatas. Así lo ha explicado Pedro Borau, presidente de la Asociación de Nabateros de La Galliguera.

El descenso se realizará el domingo 21 de abril, entorno a las 11,00 horas, cuando salgan de la playa del Molino de Murillo de Gállego, las dos nabatas hasta el puente de hierro de Santa Eulalia de Gállego, para recorrer por el agua una distancia aproximada de 7,5 kilómetros. De esta forma, se recrea la historia de un río que ha sido senda de agua para nabatas y es que durante siglos, los nabateros de La Galliguera transportaban madera por el río llevándola desde los bosques del Pirineo y San Juan de la Peña a los pueblos y ciudades del llano, donde se vendía para la construcción de casas o incluso hasta el mar, por el Ebro, para hacer barcos.

Con el agua del deshielo se bajan los troncos, atándolos y formando las plataformas llamadas nabatas, dirigidas con largos remos por los nabateros. Este año, el río Gállego cuenta con abundante caudal, por lo que el descenso se podrá realizar de forma satisfactoria.

Una actividad que dejó de realizarse en la primera década del siglo XX, por la construcción del embalse de La Peña y por la llegada del ferrocarril, que permitía un transporte más cómodo y rápido. La asociación recuperó esta tradición un siglo después. Su objetivo es mantener la recuperación de una antigua tradición, sensibilizar a la población de los valores medioambientales de un río vivo, buscar un desarrollo sostenible en el medio natural y concienciar de la importancia del patrimonio cultural y del río como ecosistema vivo. Para ello, se buscan personas que quieran sumarse al trabajo de la asociación.