El sorprendente uso de un producto tradicional sevillano que conquista Nueva York: parte de una realidad cotidiana
Un equipo de estudiantes de Diseño ha transformado las naranjas amargas de Sevilla en abanicos biodegradables, un innovador proyecto que ha triunfado en el MoMA de Nueva York al fusionar tradición, sostenibilidad y biotecnología.

Las naranjas amargas de Sevilla triunfan en el MoMA de Nueva York
Sevilla - Publicado el
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Un abanico biodegradable fabricado a partir de naranjas amargas de Sevilla ha conquistado al jurado internacional del Biodesign Challenge, celebrado los días 12 y 13 de junio en la Parsons School of Design y el Museum of Modern Art (MoMA) de Nueva York. El proyecto ha sido desarrollado por estudiantes del Grado en Diseño de Producto de UDIT, Universidad de Diseño, Innovación y Tecnología, y ha destacado por su capacidad para fusionar tradición andaluza, sostenibilidad y biotecnología.
La propuesta parte de lo que los propios creadores describen como “una realidad cotidiana”: las toneladas de naranjas amargas que cada año caen al suelo en Sevilla y quedan sin aprovechar. Los estudiantes Pablo Pesqueira, Javier Villasevil, Marta Poy, Aaron Truzman, Carmen Carranza y Diego Rodríguez han trabajado para revalorizar este residuo mediante procesos biotecnológicos, logrando un nuevo polímero biodegradable con propiedades mecánicas y estéticas idóneas para crear objetos como abanicos.
El resultado es un abanico que mantiene la forma y funcionalidad del abanico tradicional andaluz, rinde homenaje a la identidad cultural de Sevilla y ofrece una alternativa ecológica al uso de plásticos, apostando por un modelo de economía circular.
el proyecto que busca dar nuevos usos a las naranjas amargas
Este proyecto se suma a las distintas iniciativas que, en Sevilla, buscan dar nuevos usos a las naranjas amargas, desde la producción de compost o energía limpia hasta la elaboración de productos como mermeladas o cosméticos.
La propuesta fue seleccionada como ganadora en la semifinal universitaria celebrada en el Campus de Tecnología, Innovación y Ciencias Aplicadas de UDIT, imponiéndose a otros proyectos relacionados con bioplásticos y regeneración de ecosistemas. Gracias a ello, el equipo representó a su universidad en Nueva York, compartiendo espacio con estudiantes de más de 30 países.
El jurado del Biodesign Challenge ha valorado especialmente el enfoque local del proyecto, su simbolismo cultural y su capacidad para integrar diseño y biotecnología de forma innovadora.