El verdadero motivo por el que la mayoría de los perros guía son labradores: "Saben hacerlo"

Sus cualidades los convierten en la raza más utilizada para acompañar a personas invidentes

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El verdadero motivo por el que la mayoría de los perros guía son labradores: "Saben hacerlo"

Yolanda Guirado

Sevilla - Publicado el

4 min lectura

Se hizo famoso en la televisión. Pero Scotty, el perro labrador de una conocida marca de papel, podría haberse formado para ser un perro guía. Eso sí, no habría sido tan famoso.

No es casualidad que perros como Scotty sean los elegidos. No es casualidad que cuando vemos a un invidente con un perro guía, casi siempre sea un labrador.

Un 60% de los perros guía son labradores. El motivo nos lo explica Pedro Márquez, instructor de perros guía en la Fundación ONCE. Elegimos los labradores porque son perros muy dóciles y trabajan para agradar a las personas que acompañan. También son perros inteligentes”. Pero el labrador no es el único perro que trabaja como guía para las personas invidentes.

También es posible que veamos a un pastor aleman como perro guía por la calle. De hecho, esta raza fue pionera. En la actualidad, sólo un 15% de los perros guía son pastores alemanes. ¿El motivo? “Es un perro muy singular. Es muy bueno pero todo el mundo no puede llevar un pastor aleman porque no es tan dócil como el labrador.”

Los perros labradores son muy dóciles e inteligentes

Los perros labradores son muy dóciles e inteligentes

Y hay más razas que trabajan como guías. Una de ellas, el Golden Retriever. Lo reconoceremos porque es similar físicamente al labrador aunque con el pelo largo.

El Golden es otro de los favoritos para actuar como perro guía. Sin embargo, el porcentaje es menor porque “puede ser altivo, orgulloso e incluso un poco egoísta”. Pedro reconoce que el cruce de los perros también es interesante porque son más equilibrados y no tienen el carácter tan acentuado.

Inteligente y dócil

Para convertirse en perro guía, un perro debe ser inteligente, tener la capacidad para tomar decisiones muy rápido y de forma acertada, ya que en la calle pueden surgir imprevistos.

Pero hay otra virtud que tienen en cuenta los instructores: “Tiene que ser un perro sólido física y mentalmente. Si es un perro muy pequeño no va a transmitir información a través del arnés".

También debe ser un perro sólido mentalmente. "Porque si es un perro muy sensible, cualquier cosa que pase a su alrededor, como un accidente, le puede afectar de tal forma que puede quedar traumatizado”.

El pastor alemán es la segunda raza más utilizada para trabajar como perro guía

El pastor alemán es la segunda raza más utilizada para trabajar como perro guía

Sólo en Andalucia hay más de 160 perros guía. Esta semana hemos conocido a Sugar. Acompaña a Rosa María a todos sitios. Rosa María y Sugar levan un año juntas y ahora son inseparables. Pero antes de que un perro se convierta en perro guía, hay un proceso largo.

¿Cómo se consigue que usuario y perro guía formen el tándem perfecto? Aquí entran en juego los instructores de perros guías de la Fundación ONCE, como es el caso de Pedro Márquez.

Pedro nos cuenta que hay mucho trabajo previo a este momento. “Todo empieza cuando el cachorro tiene ocho semanas. Con esa edad, se van a vivir a una casa de acogida.”

Aprendiendo desde cachorros

Allí el perro estará dos años. El objetivo de la familia: enseñarlos a comportarse. Tienen que aprender a no avasallar, no pueden ir a jugar con otros perros ni con una pelota.

El papel de la familia es proporcionar al perro un enriquecimiento emocional. “Por eso, es importante que la familia pase mucho tiempo con el cachorro y los saquen a la calle, lo monten en un coche o el autobús”.

Pedro Márquez es uno de los instructores de perros guía en la Fundación ONCE

Pedro Márquez es uno de los instructores de perros guía en la Fundación ONCE

Los primeros perros guía de la historia aparecieron a comienzos del siglo XX. “En aquella época, su objetivo era acompañar a heridos y veteranos de la Primera Guerra Mundial. Hoy, son el apoyo de miles de personas invidentes en todo el mundo”.

En la actualidad, para preparar al perro, hay dos etapas dentro del entrenamiento. La primera etapa empieza cuando llegan al centro. "Llegan ya sabiendo comportarse, porque la familia los ha enseñado". Ahora falta el trabajo final: prepararlos para que convertirlos en auténticos perros guía.

Este momento es clave, porque los instructores asignan a cada persona uno de estos perros. A partir de ese momento, Pedro y su equipo trabajan mano a mano con el perro y la persona ciega. Ese curso dura tres semanas y en este tiempo, el usuario tiene que aprender a manejarlo. Después hay un seguimiento post-curso para ver las rutas que hace la persona habitualmente.

"La química entre el usuario y el perro guía es clave"

¿Pero qué ocurre si la relación entre perro y usuario no funciona? Eso es algo que puede pasar. No siempre ocurre como como Rosa Maria y Sugar. No siempre aciertan. En ese caso, se le asigna otro perro guía a la persona invidente. “En este caso ocurre como con las parejas. No siempre hay feelling. Y si no lo hay, no trabajarán igual. Por tanto, lo mejor es separarlos”.

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