Reducir, reutilizar, reciclar: Cada 5 de junio nos recuerda que el futuro es ahora

Cada año, el 5 de junio nos recuerda algo fundamental: nuestro planeta necesita cuidados, y esos cuidados no pueden esperar. El Día Mundial del Medio Ambiente nació en 1972 con un propósito muy claro: hacernos conscientes de la importancia de proteger el entorno que nos da la vida. Hoy, más de medio siglo después, esa necesidad es más urgente que nunca.

La elección de esta fecha no fue al azar, ya que coincide con la apertura de la Conferencia de Estocolmo, la cual congregó a representantes de 113 países y sentó las bases para la creación del Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA), la principal agencia de la ONU dedicada a la protección del medio ambiente.

El lema de este 2025 lo deja claro: “Poner fin a la contaminación por plásticos”. No es solo un lema; es un grito. Porque los plásticos están en todas partes: en los mares, en los bosques, en el aire… incluso en nosotros. ¿Y lo peor? Muchos de esos plásticos solo se usan una vez y tardan siglos en desaparecer. 

 ¿Por qué el 5 de junio?   

¿Por qué el 5 de junio? Porque fue el día en que, en 1972, arrancó la histórica Conferencia de Estocolmo sobre el Medio Ambiente Humano. De ahí salió la decisión de dedicar una jornada entera, cada año, a recordarnos que sin medio ambiente, no hay futuro. También fue el inicio del Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente, que desde entonces lidera esfuerzos globales por un mundo más limpio, más verde, más vivo. 

 Conciencia que se convierte en acción  

El Día Mundial del Medio Ambiente no está pensado para que solo lo marquemos en el calendario. Está pensado para pasar a la acción. Para que cada persona, en cualquier rincón del mundo, se pregunte: ¿qué puedo hacer yo por el planeta?

Reducir el uso de plásticos, elegir productos sostenibles, apoyar iniciativas locales, participar en campañas de limpieza, plantar árboles, hablar del tema, educar, inspirar… cada gesto cuenta.

Porque esto no va solo de grandes acuerdos internacionales. Va de decisiones cotidianas. De cambiar hábitos. De entender que el cambio climático, la pérdida de biodiversidad, la deforestación o la contaminación del aire y del agua no son problemas ajenos, son heridas abiertas de un entorno que también es hogar. 

 Cuidar el medio ambiente es cuidar de nosotros mismos  

Este 5 de junio, alza la voz, actúa, involúcrate. No importa si tu acción es grande o pequeña. Lo que importa es que no te quedes de brazos cruzados. Porque poner fin a la contaminación por plásticos —y a tantas otras formas de destruir lo que nos rodea— empieza por tomar conciencia, y sigue por comprometerse.

El Día Mundial del Medio Ambiente es mucho más que una fecha: es un recordatorio de que aún estamos a tiempo...