De promesas incumplidas a realidad: la increíble historia del renacer de Santana

Este viernes 5 de diciembre, Linares vivirá un día histórico. La industria de la automoción regresa a la ciudad con la inauguración de Santana Factory, un proyecto que no solo devuelve el empleo, sino también la identidad y orgullo de toda una ciudad.

  Un cierre que dolió   

En 2011, Santana Motor cerró sus puertas de manera definitiva, dejando a Linares y a toda Andalucía con un sentimiento de pérdida. La fábrica, que durante décadas fue un símbolo de innovación y empleo, quedó vacía. Las promesas de rescate y reactivación quedaron en el aire y muchos recordaban aquellos años como una época de “palabras incumplidas” que nunca se hicieron realidad, como aquel "Linares Futuro".

 El origen de un sueño  

Ese mismo año, el equipo actual de Santana Motors llegó a Linares para encargarse del servicio de posventa de los vehículos de la antigua fábrica. “Al momento nos dimos cuenta de las capacidades que había aquí y que era necesario volver a hacer cosas”, recuerdan. Lo que empezó como un pequeño servicio de mantenimiento se transformó en un sueño mayor: “volver a fabricar”. 

Para los impulsores de la nueva Santana, el regreso de la marca no podía ser en otro lugar. “Santana nació en Linares, y su regreso no tiene otro lugar que no sea Linares”, asegura Antonio Molina, Director General de Santana Motors. El proyecto supone “una gran responsabilidad”, pero también demuestra cómo la marca sigue “en el corazón de todo Linares, y yo diría que de toda Andalucía”. 

 Dos formatos, un futuro brillante  

Santana Factory trabajará con dos formatos complementarios que permitirán recuperar la producción local y la conexión con el mercado internacional. Por un lado, el CBU (‘completely built-up’), vehículos que “ya vienen montados” y cuyas primeras unidades se entregan este mismo 5 de diciembre. 

Por otro, el SKD (‘semi knocked-down’), vehículos que “se ensamblan aquí en España” y que comenzarán a salir de la fábrica a partir de febrero. Así, la marca combina la eficiencia de productos listos para entregar con la riqueza de un ensamblaje local que refuerza la industria y el empleo en la región. 

 Un hito para Linares y Andalucía  

La reapertura de una fábrica cerrada durante años es un evento casi único. “Supone un hito en la historia, que se vuelva a abrir una fábrica que está cerrada, yo creo que es el único caso que yo sepa”, afirma Antonio Molina.

Hoy, casi quince años después del cierre definitivo, Linares recupera no solo una fábrica, sino un símbolo de identidad y orgullo. Lo que en su día fue un vacío de promesas incumplidas se transforma ahora en empleo, oportunidades y esperanza, demostrando que los sueños, incluso los más demorados, pueden hacerse realidad.