Las divinas palabras de Ernesto Medina | 12 JUNIO 2025

Las divinas palabras de Ernesto Medina
Jaén - Publicado el
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Once de junio. Festividad de Nuestra Señora de la Capilla. El artículo de mi padre, pleno de su devoción mariana. El rosario de San Bernabé. La fiesta de los cabildos. Junio. Finales de la primavera. Calor. Junio. Por el recuerdo de mis padres. La Procesión. Se escucha el “Himno a Jaén”. Música del maestro Emilio Cebrián. Letra de Federico de Mendizábal. Giennenses hasta la médula por más que uno naciera en Toledo y otro en Madrid. Compuesto en 1932, el Ayuntamiento le otorgó rango de himno oficial en 1935. “Bella ciudad de luz, que tienes cuando miras, el corazón y el sol rendido a tus pastiras”.
Pastiras. Y chirris. La pareja de enamorados giennenses. La Dama de Cubero y Culcas, el guerrero íbero del Cerrete de los Lirios, estaban en la puerta de San Ildefonso para ver encerrarse la procesión y cantar el himno. Cogidos de la mano. Mientras esperábamos, me explicaron de dónde venían las dos palabras. Empezó, galantería obliga, la Dama de Cubero. “Pastira es una derivación de pastora. Era el vestido que utilizaban las lecheras para fiestas y paseo. Te hago notar que la mantilla es roja porque según la tradición la mujer giennense tiñó las tocas blancas con la sangre vertida por los cristianos en su lucha contra los musulmanes. Precisamente la Virgen de la Capilla bajó en 1430, como dice la jaculatoria, para socorrer a nuestros mayores”.
“Chirri -continúa Culcas- cuentan que tiene que ver con el oficio de carretero. Cuando transitaban por las calles de la ciudad “chirriaban” las ruedas. Tengo para las ocasiones señaladas el sombrero de los chirris que unos llaman calañés, con ala de bizcocho, y otros, catite”. Concluyó la Dama de Cubero “yo me pongo - ¿te acuerdas de que así los llamaba tu madre? - las aboyanas o arboyanas, los pendientes de esmeraldas que heredé de mis antepasadas, cuando aquí mi chirri me invita a cenar. Por ejemplo, esta noche. Mira ya está ahí la Virgen a hombros de los horquilleros”.
Cantamos el Himno a Jaén. Me fui con la feliz pareja por la calle Arroyo a echar una cerveza en la noche luminosa. Tuve tiempo de volver a recordar a mis padres. También de sentir la satisfacción de ser giennense. Soy un sentimental. Pero el miércoles por la noche más que nunca “en tu olivar, soñé por ti, con luz de luna, jaenera ser feliz y despertar con esa luz a mi pastira junto al monte de la cruz”.
Palabras, giennenses palabras



