Caminar en mayúsculas, con Miguel Lechuga. Hoy: Descubrir lo hermoso de la vida

La pasada semana hablé de los días malos, y es que la realidad que vivimos tiene cosas feas, cosas que no nos gustan, situaciones que nos hacen daño, relaciones tóxicas… pero también tiene otras muchas cosas que son hermosas y merece la pena fijarse en ellas.

El mero hecho de que amanezca cada día, ir a trabajar, las relaciones con los amigos, el trabajo de voluntario, nuestros compromisos de fe, compartir con tu esposa o marido, ver crecer a tus hijos y dejarte seducir por sus miradas, una ayuda a alguien, o alguien que te ayuda, una entrevista que escuchas y te alumbra, un libro que lees y te hace gozar o pensar; así podríamos seguir con tantas cosas más que nos pueden hacer disfrutar, cada uno desde la realidad que vive. Pero ocurre a veces que, aun teniendo los ojos abiertos, estamos dormidos y no nos dejamos maravillar de tanta hermosura que nos rodea.

Es necesario despertar a una realidad más profunda, lo superficial se lo lleva el viento, solo desde la profundidad descubriremos lo hermoso de la vida.

Miguel Lechuga Viedma