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Huelva - Publicado el
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La formación en dirección de empresas sigue siendo una de las apuestas más seguras para acceder al mercado laboral o progresar profesionalmente. Así lo confirman los datos: más del 90 % de quienes finalizan un MBA, consigue empleo en menos de tres meses.
En un entorno económico incierto, con sectores en constante transformación y un mercado laboral cada vez más competitivo, la empleabilidad y la proyección laboral son dos de los principales criterios que se tienen en cuenta al elegir un programa de formación de posgrado. Y, entre todas las opciones disponibles, los programas MBA (Máster en Administración y Dirección de Empresas) han mantenido a lo largo del tiempo la capacidad para abrir la puerta a puestos de responsabilidad, emprender o reorientar la carrera profesional.
Partiendo de la premisa de que ya se conoce qué es un MBA y para qué sirve, a continuación se analiza por qué quienes cursan este tipo de formación cuentan con altas tasas de empleabilidad, incluso en momentos de incertidumbre política y volatilidad económica como los que atraviesan actualmente los mercados y las empresas. Cambios como el aumento de aranceles, las tensiones geopolíticas o las nuevas políticas comerciales a nivel internacional están redefiniendo el panorama económico, razón por la cual las compañías demandan perfiles con visión estratégica y capacidad para tomar decisiones en contextos complejos. Es precisamente ahí donde los titulados MBA aportan un valor diferencial.
Más del 90 % de los titulados MBA consigue empleo en menos de tres meses
Los datos hablan por sí solos: según el ranking QS Global MBA 2024, más del 90 % de los graduados encuentra empleo en los tres primeros meses tras finalizar el máster MBA. Si nos centramos solo en los estudiantes de un MBA en escuelas de negocios de prestigio como ESCP, IESE, ESADE o IE Business School, la tasa de empleabilidad supera el 93 %, con especial presencia en sectores como la consultoría, las finanzas, la tecnología y la dirección comercial.
“El MBA me permitió acceder a un puesto de responsabilidad ejecutiva en una multinacional del sector salud. La combinación de formación estratégica, contactos y un renovado sentido de la confianza como profesional fue esencial”, explica Laura B., exalumna del Executive MBA de ESADE.
Un perfil que buscan las empresas
¿Qué convierte a los titulados MBA en candidatos tan atractivos para las empresas? Los expertos en recursos humanos y captación de talento señalan algunas de las siguientes razones:
● Formación transversal: los MBA ofrecen una visión global de la empresa. Los estudiantes adquieren conocimientos en áreas tan diversas como finanzas, estrategia, operaciones, marketing o gestión de talento.
● Capacidad de liderazgo: uno de los ejes centrales de estos programas es el desarrollo de competencias directivas tales como liderazgo, negociación y toma de decisiones. Se trata potenciar habilidades clave para asumir cargos de alta responsabilidad, muy valoradas en cualquier sector.
● Aprendizaje práctico: a través de metodologías como el método del caso, el learning by doing o los proyectos reales, los MBA preparan para afrontar problemas complejos y desarrollar el pensamiento crítico para la toma de decisiones con criterio.
● Red de contactos: el contacto directo con profesores y compañeros que proceden de diversas áreas académicas y profesionales, junto con los eventos de networking, multiplica las oportunidades de acceder a procesos de selección exclusivos o generar colaboraciones profesionales.
Más allá del salario: mejores condiciones y proyección laboral
Estudiar un MBA no solo mejora las posibilidades de encontrar empleo, sino que también supone una mejora en las condiciones laborales. Según The Financial Times, los graduados de un MBA en Europa experimentan un incremento salarial medio del 70 % en los tres años posteriores a finalizar el programa.
Además, muchas empresas consideran el título MBA como un requisito indispensable para acceder a puestos de dirección, gestión en general o innovación.
“Hoy en día, un MBA es más que un plus; para ciertos puestos es prácticamente obligatorio”, señala Fernando M., consultor senior de talento en una firma internacional de selección. “Las compañías buscan profesionales con visión estratégica, capacidad de liderazgo y formación transversal, y eso es precisamente lo que aporta un MBA. Estos programas preparan a los alumnos para tomar decisiones complejas, liderar equipos multidisciplinares y adaptarse con agilidad a un entorno incierto y en constante cambio. Todo ello marca la diferencia cuando se trata de ocupar un puesto de alta responsabilidad”. Este testimonio resume el valor añadido de este tipo de formación. Ya no se trata solo de mejorar el currículum, sino de estar preparado para liderar el futuro de las organizaciones.
Programas Executive para quienes ya trabajan
Para los profesionales que ya se encuentran en activo o que ocupan cargos intermedios o directivos, existen alternativas adaptadas como el Executive MBA (EMBA). Este tipo de MBA está diseñado específicamente para personas con experiencia con deseos de adquirir formación especializada para seguir creciendo sin renunciar a su puesto de trabajo actual.
Las materias avanzadas, el enfoque práctico del aprendizaje y las oportunidades de networking con perfiles profesionales tan variados hacen que el formato Executive del MBA sea una de las opciones más recomendables para dejar atrás empleos precarios o situaciones de descontento con las condiciones laborales. Además, permite avanzar en la carrera profesional con la confianza ante posibilidades reales de reincorporarse al mercado laboral en mejores condiciones.
Un impulso también para emprender
Y si todo lo anterior no fuera suficiente, el MBA también representa una herramienta clave para quienes desean poner en marcha su propio proyecto de negocio. En un contexto caracterizado por la incertidumbre forma parte del día a día, contar con formación en áreas como planificación estratégica, finanzas o marketing puede marcar la diferencia entre fracasar o tener éxito tanto a nivel profesional como en los negocios.
Durante el máster, los estudiantes aprenden a definir modelos de negocio viables, analizar la rentabilidad de una idea, construir planes financieros, identificar oportunidades de mercado y desarrollar estrategias de crecimiento sostenibles. Además, se fomenta la mentalidad emprendedora, el pensamiento crítico y la capacidad para gestionar el riesgo y liderar equipos multidisciplinares desde el primer día. Por ello, el MBA es una formación clave que impulsa tanto el acceso a puestos de dirección como el desarrollo y liderazgo de proyectos emprendedores con mayor preparación, seguridad y visión.
Muchos titulados MBA aprovechan el entorno del máster —profesores, mentores, recursos, empresas y contactos— para validar ideas de negocio o incluso lanzar sus proyectos desde el trabajo final del programa. “Durante el máster MBA desarrollé lo que hoy es mi empresa. La validé, la testée en el proyecto final y ahora tenemos clientes en tres países”, explica David R., antiguo alumno del MBA de IE Business School.
En resumen, estudiar un MBA sigue siendo una de las decisiones formativas con mayor retorno de mejora y desarrollo profesional. Tanto para acceder al mercado laboral como para dar el salto hacia puestos de liderazgo, un Máster MBA ofrece una clara ventaja competitiva. Se trata de una formación exigente, sí, pero sigue siendo sinónimo de empleabilidad, preparación y evolución profesional.