Hace varias décadas que Amancio Prada puso música al Cantico espiritual de San Juan de la Cruz. La partitura, como sucede con el texto, son ya unos clásicos en tanto mantienen su vigencia a pesar del paso del tiempo. El es texto una obra cumbre de la literatura universal y la música se apega a él de forma armoniosa. El recital incluyó otros temas del leonés, con diversos poetas, pero el núcleo de su concierto se bastó para emocionar en grado superlativo a un público que volvió a llenar el recinto y disfrutó de un artista por el que tampoco pasa el tiempo y por tanto es otro clásico.

Entre dos violonchelos

Tras interpretar algunas canciones en solitario, Amancio Prada contó con dos violonchelistas durante el resto de su concierto, justo cuando comenzaba la interpretación de la obra que San Juan de la Cruz redactó en Granada, durante su etapa como prior de los Carmelitas Descalzos. La pareja de músicos estuvo soberbia. Se trata de Ángel Luis Quintana y Rafel Dominguez. Supieron en todo momento captar el ambiente mítico que roda la obra del fraile.

Amancio Prada se mostró en plenitud, con una voz extraordinaria, una puesta en escena que traspasa el corazón pese a su aparente sencillez y un dominio de la guitarra, prueba de sus años fructíferos de estudio del instrumento. Lo más importante fue su fusión y unión con el público que entusiasmado pudo disfrutar de una jornada inolvidable en el marco del Festival de la Guitarra. Pasarán los años y el Cántico de San Juan de la Cruz según Amancio Prada, continuará siendo un manantial de poesía cantada.