Eduardo Espinosa Cuadros talló en 1926 dos de la esculturas secundarias que componen el misterio de la Cofradía de la Humildad, en el que se representa el momento en el que le colocan al Señor una corona de espinas. Se trata de un sayón, conocido popularmente como “el bizco” y un soldado romano. Estas imágenes están a punto de cumplir un siglo y son consideradas como una obras de arte de un extraordinario valor. La Cofradía ha emprendido su restauración, labor que se podrá contemplar en la estación de penitencia prevista para el próximo Martes Santo. Esta restauración ha sido ejecutada por Adrián Pérez Álvarez, con la colaboración de Andrea Amor y Luis Miguel Franco. En fechas próximas se expondrá este proceso, a través de una ponencia que hará pública la corporación penitente. Completamos esta información con imágenes de esta restauración.

Soldado romano durante el proceso de restauración

Soldado romano después de la restauración

Sayón durante la resturación

Sayón después de la restauración