Del oro al banco: así operaba la red cordobesa que blanqueaba cientos de miles de euros al día
La Guardia Civil la ha bautizado como Operación Fenicio Diavolo 24 y ha dejado, hasta ahora, 19 personas detenidas

Guardia Civil
Córdoba - Publicado el - Actualizado
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Buenas conexiones, empresas camufladas como legales y un flujo constante de efectivo que cada día pasaba de manos opacas al circuito financiero oficial. Así operaba desde Córdoba una de las tramas de blanqueo de capitales más sofisticadas de los últimos años en España. La Guardia Civil la ha bautizado como Operación Fenicio Diavolo 24 y ha dejado, hasta ahora, 19 personas detenidas —14 de ellas en Córdoba—, seis investigadas más y ocho empresas imputadas. Pero la investigación continúa y no se descartan nuevos arrestos.
El caso, destapado este lunes por la Guardia Civil en una comparecencia con todos los responsables operativos, ha revelado el alcance de una estructura criminal con capacidad para lavar hasta 400.000 euros diarios, a través de la compraventa de oro, plata y otras joyas que, tras pasar por fundiciones y empresas de certificación, volvían al mercado como “legítimos”. En total, se han practicado 20 registros en cinco provincias: Córdoba, Madrid, Sevilla, Zamora y Salamanca.
Una red discreta pero eficaz
El primer indicio llegó en abril de 2024, cuando los agentes detectaron movimientos sospechosos de efectivo en algunas empresas cordobesas vinculadas al negocio de los metales preciosos. Las cantidades eran tan altas y regulares que encendieron todas las alarmas. Cada día, según la investigación, grandes sumas de dinero llegaban en mano a garajes o locales donde se contaban, empaquetaban y repartían a distintos puntos para su blanqueo.

Oscar Remacha, Ana López y Ramón María Clemente
El dinero procedía de actividades ilícitas —como narcotráfico, extorsiones o delitos contra las personas— y llegaba a Córdoba en maletas, mochilas o paquetes. Una vez allí, comenzaba su transformación: primero, en oro o plata de origen incierto comprado en joyerías o refinerías, muchas veces sin cumplir los límites legales de 1.000 euros en pagos en efectivo; luego, en metal certificado gracias a dos empresas locales especializadas en fundición y análisis. Desde ese punto, el metal ya era considerado legal y podía ser vendido o bancarizado.
A partir de ahí, el dinero fluía hacia empresas pantalla, sin actividad real, hasta llegar a los verdaderos beneficiarios: empresarios de origen asiático con conexiones en China, donde finalmente terminaban los fondos. Uno de los principales cabecillas, de hecho, fue detenido en Sevilla mientras intentaba huir por un balcón.
Lo que dejó la operación
El despliegue ha sido de tal envergadura que han participado más de 300 agentes en su fase de explotación. En total, se han incautado 615.000 euros en efectivo, 12,5 kilos de oro valorados en 1,15 millones de euros, 15,2 kilos de plata, ocho contadoras de billetes, gran cantidad de joyas de origen desconocido, material informático y electrónico, dos pistolas, cargadores, munición y ocho vehículos, dos de ellos con compartimentos ocultos.

Material incautado
Las investigaciones también han puesto el foco en la dimensión empresarial del caso: ocho compañías de Córdoba están bajo sospecha por operar como tapaderas del entramado. Algunas actuaban como fundidoras y otras como entidades de certificación. Todas, según la Guardia Civil, habrían desempeñado un papel esencial para “legitimar” los metales adquiridos con dinero sucio.
Un rompecabezas de 13 años
Aunque la operación arrancó formalmente hace poco más de un año, la Guardia Civil cree que la red lleva operando al menos desde 2012. Aún no ha podido determinarse con precisión la cantidad de dinero que ha podido blanquearse en estos 13 años, pero las estimaciones apuntan a cifras multimillonarias. Lo que sí es evidente es que se trata de una de las mayores operaciones de este tipo con origen en Córdoba.

Material incautado
En palabras del comandante de la Guardia Civil en Córdoba, Ramón María Clemente, los resultados “confirman ampliamente las sospechas iniciales” y son fruto de una “coordinación sin fisuras” entre la Comandancia cordobesa, la Unidad Central Operativa (UCO) y otras unidades provinciales. También se contó con Europol, que envió un representante durante los registros.
Una operación que no ha terminado
La subdelegada del Gobierno en Córdoba, Ana López, ha asegurado que la operación sigue abierta y no se descartan más actuaciones. La documentación incautada aún está siendo analizada, y la Guardia Civil cree que aún queda mucho por descubrir. También se investiga un posible delito fiscal asociado a la trama.
El impacto de esta operación no solo ha sacado a la luz una compleja red de blanqueo que aprovechaba la apariencia legal del sector joyero, sino que ha abierto nuevas vías de investigación sobre el uso del oro como mecanismo para mover dinero ilícito sin dejar rastro.

Armas incautadas
En un mundo donde las transferencias electrónicas están cada vez más vigiladas, el regreso al oro como moneda de cambio para actividades delictivas representa una llamada de atención.