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¿Sabes por qué la menopausia puede ser motivo de celebración?

Los expertos señalan cosas buenas más allá de los sofocos, sequedad, incontinencia o cambios de humor que caracterizan esta etapa con día mundial cada 18 de octubre

¿Sabes por qué la menopausia puede ser motivo de celebración?
Gabriel Álvarez

Tiempo de lectura: 3'Actualizado 18 oct 2020

Este domingo 18 de octubre es el Día Mundial de la Menopausia, jornada para detenerse en el conjunto de síntomas que acompañan la retirada de la fertilidad femenina y, desbrozando entre los sentimientos que son lógicos cuando del final de una facultad se trata, afinar en la localización de aquellas otras circunstancias que pueden y deben ser consideradas un beneficio para toda mujer que llega a este momento de la vida.

"La menopausia ha sido siempre entendida como una capitulación de la mujer ante el paso inexorable de los años". Pero esto que afirma la ginecóloga madrileña María Jesús Balbás Cisneros en su libro 'Bueno chicas, esto se acabó: una guía para desdramatizar la menopausia' (Ediciones B, 2008) puede servir para confirmar el rendimiento ante la evidencia o por contra, algún tipo de beneficio quizá inesperado.

En el caso de estar en la menopausia o en la sospecha de su cercanía lo más recomendable es acudir al ginecólogo. El especialista te informará de los cambios que se producirán en tu cuerpo y te realizará las pruebas necesarias. Los signos visibles pueden ser muy leves y fácilmente tratados con cambios en el estilo de vida. Pero no faltan incomodidades mayores que también es preciso contemplar.

La irregularidad en las mestruaciones puede ser lo primero en aparecer. Pueden ser más cortos los períodos o mayores de lo habitual. Nada de ello es anormal pero será el médico quien lo determine y a él hay que acudir si los períodos ocurren muy seguidos uno del otro, hay sangrado abundante, se tienen manchas de sangre entre menstruaciones, los períodos duran más de una semana o éstos regresan tras no sangrar durante más de un año.

Muchas mujeres tienen calores súbitos que pueden durar unos cuantos años después de la menopausia. Pueden estar relacionados con modificaciones en los niveles de estrógeno y visibilizarse con manchas rojas en el pecho, la espalda y los brazos. Pueden verse seguidos por fuertes sudores y escalofríos. Pueden ocurrir varias veces por hora unas cuantas veces al día o apenas una o dos veces a la semana.

La vagina puede volverse más seca de lo que venía siendo habitual, lo que podría hacer más incómodas las relaciones sexuales. Cabrían incluso infecciones vaginales o de la vejiga, y las incontinencias urinarias convertirse en cotidianas, a modo de impulso súbito o de un simple goteo al realizar algún ejercicio, estornudar o reir.

No dormir bien por las noches, ello al alcanzar la mediana edad, puede también estar relacionado con la llegada de la menopausia. No alcanzar el sueño fácilmente, despertarse demasiado temprano o hacerlo en la madrugada con un coste importante a la hora de intentar recobrarlo de nuevo para continuar el descanso nocturno pueden ser la expresión de esa etapa de la vida de la mujer.

Es posible igualmente la aparición de inapetencia sexual, lo que no quita que traiga asociada una liberación posterior tras pasar por toda esa sintomatologia que desencadena el cambio y encontrar una dimensión diferente de las relaciones cuando éstas se ven dispensadas de las posibilidades de gestación.

Y los cambios de humor. También éstos pueden aparecer de modo brusco, con una irritabilidad igualmente anunciadora, a veces, de la llegada de la menopausia. Los expertos siguen investigando porqué ocurre esto. Quizá el estrés, los cambios familiares, hijos ya mayores, el efecto del 'nido vacío', padres que envejecen, un historial de depresión o sentirse cansada.

¿Dónde están pues las buenas noticias? ¿Por qué puede recibirse la menopausia como causa de celebración o motivo alguno de la alegría? La Sociedad Española de Medicina Interna recuerda que la menopausia no es algo malo, ni mucho menos una enfermedad, sino simplemente una etapa más en el ciclo biológico de la mujer, algo tan normal como la llegada de la primera regla.

Se acaban los retortijones dolorosísimos a veces o cambios de humor inexplicables de los que, llegado el final de la etapa fértil, puedes librarte. Ésa es la primera ventaja. Y si bien, durante la premenopausia, sobre los 50 años, las alteraciones sufridas pueden provocar bastante malestar éstos irán disminuyendo de manera progresiva hasta que la menopausia pueda ser considerada superada.

En el lado positivo de no tener más la regla se encuentran el posible nuevo descubrimiento de la sexualidad. Y, más allá de esa leyenda sobre la supuesta época triste que trae consigo la menopausia, puede convertirse en un período fantástico para dedicarte a ti misma, quizá más de lo que hayas podido hacerlo hasta ese momento. Cuidar tu dieta, hacer algo de deporte, no estar pendiente de la regla, salir, viajar, disfrutar... ¿Quién ha dicho que la menopausia no tiene ventajas?

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