Solidaridad

Conoce a Esteban Viaña, 'payaso sanador' a sus 83 años

Es el alma de una asociación que recorre hospitales, asociaciones y hasta domicilios de niños enfermos haciendo de la risoterapia una 'medicina' que produce grandes alegrías

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Tiempo de lectura: 3' 27 mar 2022 - 14:23
Actualizado 28 mar 2022

Personas con Parkinson han sido sus más recientes 'pacientes'. Una buena carcajada lo cura todo, o eso parece cuando se les ve atendidos por este humorista de siempre que, con punto de partida en aquellas primeras ocurrencias suyas a los nueve años, pasó por la radio contando chistes hasta hace tres décadas. Aún hoy, tras más de 70 años haciendo reir, mantiene una ejemplar entrega a la causa de hacer felices a los demás. Se llama Esteban Viaña y, aunque nos reclamará que no hablemos en plural de sus 'Payasos Sanadores' que es labor en la que le acompañan otras personas más jóvenes, nos llama la atención cuanto sigue ofreciendo a sus 83 años de edad.

"Este proyecto lo tenía yo en mente desde hace tiempo porque yo quería devolverle a la sociedad un poquito de lo mucho que he recibido gratis", dice haciendo gala de esa generosidad que derrocha. Y esa condición la viene evidenciando desde hace tiempo. Voluntario de la asociación Siloé en Jerez de la Frontera, fue en su ciudad donde se acercó un día al Hospital Universitario para ofrecerse. Cuando le fue requerido que acudiera bajo el paraguas de una asociación fue cuando nació PA.SA. Desde ese momento, su presencia entre los pacientes de este centro público se hizo recurrente, así como asociaciones o incluso domicilios de niños enfermos.

'LA CHISTERA'

La llegada de la actual COPE a Jerez, reconocida entonces como Radio Popular, tuvo muy cercano a este hombre. Más de medio siglo hace de aquello y más pronto que tarde llegó la ocasión de que el humor se convirtiera en un contenido tan importante que, tres décadas después de la desaparición de aquel espacio radiofónico, aún recuerdan 'La chistera' aquellos que tienen edad de ello. Unos chistes incluidos en esos minutos de emisión se convertían en deliciosa ocasión para desternillarse para chicos y mayores de los años setenta y ochenta. Fue así como Esteban Viaña se hizo todo lo popular que, en realidad, nunca ha dejado de ser.

Se metía en el pequeño estudio de aquella primera sede de la Cruz Vieja y los primeros que se partían de la risa eran los compañeros que circulaban por aquellos pasillos encantados de ver su laboreo enriquecido por la alegría que siempre ha desprendido. Y todo ello desde su aspecto apacible en el que una vez reparó un comercial del medio bautizándolo como 'Tranquilino'. El apelativo tuvo más recorrido que el que el propio padre del nombre podía sospechar. Acababa de dar marca al payaso en ciernes que formó parte de un conocido grupo cómico. Para entonces ya disfrutaba mucho con otra recordada pareja de payasos, 'Pery' y 'Popey'.

NOLO Y TRANQUILINO

'Nolo' y 'Tranquilino' serían pareja artística, payasos de cabecera en una ciudad sureña que, acostumbrada al buen humor, disfrutó siempre muchísimo de ellos. Lo más reciente que pusieron en escena fue, en formato videollamada y emisión a pantalla partida en medio del confinamiento, unos momentos inolvidables que supusieron alivio para tantos que los siguieron desde casa atribulados por cuanto el dichoso virus estaba entonces afectando de un modo tremendo.

Hoy en día PA.SA. ('Payasos Sanadores') es su horizonte más relevante. Pero el objetivo sigue siendo el que siempre tuvo: hacer reir desde las posibilidades que cada ocasión le brindara. Ocurre en el Hospital Universitario de Jerez de la Frontera con mucha frecuencia y también en tantos otros lugares en los que, como ocurrió el pasado viernes en la sede de la asociación Parkinson Jerez, se le pone por delante la oportunidad de hacer felices a los demás.