"La conversión es disposición para recuperar la alegría perdida". La frase con la que inicia su reflexión de esta semana para COPE el pastor diocesano es ya una declaración de intenciones. Relacionar el sentido penitencial de la Cuaresma con el concepto de la alegría parece tan falto de explicación como necesario abundar en el Domingo de Alegría, del 'Laetare', que corresponde a este inmediato cuarto domingo de Cuaresma. Y monseñor José Rico Pavés se regocija de que "un grito de júbilo se abre paso en la Liturgia: "Festejad a Jerusalén, gozad con ella, alegraos de su alegría"; la sobriedad del camino cuaresmal está sostenida por la promesa de una alegría que se puede ya experimentar de forma anticipada", explica.

Y continúa señalando que "el salmo penitencial por excelencia recoge el lamento por el gozo malgastado y clama al único que puede vencer la tristeza". "Hazme oír el gozo y la alegría; la alegría puede ser oída, llega con la Buena Nueva, se transmite con la Palabra, se acoge con la fe, se experimenta en el corazón, se construye con el amor de las obras y se expresa en el rostro del Ungido", profundiza el obispo de Asidonia-Jerez al que, como siempre, puedes escuchar aquí como en antena (105.8 FM ó 1124 OM) tanto en 'El Espejo de Asidonia-Jerez' de este viernes, a las 13:33 horas, como en 'Iglesia Noticias' de pasado mañana domingo, a las 09:45 horas.

EL DÍA DEL SEMINARIO

"Devuélveme la alegría de su Salvación" es la petición del salmista "que estamos llamados a hacer nuestra en el tiempo cuaresmal" insiste el pastor en la convicción que "el pecado afea la vida humana deformando la imagen bella de Dios en el hombre: privado de belleza, el corazón humano cae en una tristeza de la que por sí mismo no puede escapar". Es por ello que "sabia es la Iglesia cuando, en la travesía de la Cuaresma, nos regala un Domingo de Alegría". Y subraya como, "providencialmente este año, este Domingo de Alegría abre las puertas al Día del Seminario que se celebra en la Solemnidad de San José". Con el lema 'Levántate y ponte en camino' se nos invita a pedir por las vocaciones sacerdotales, "llamados a ser servidores de la verdadera alegría de los fieles".

Las lecturas de este domingo nos presentan "el fundamento de la alegría cristiana recurriendo al lenguaje de la visión y de la luz". "El Evangelio nos ofrece la curazón del ciego de nacimiento, milagro que permite al mismo tiempo desenmascarar las intenciones torcidas de los enemigos del Señor y revelar el poder de Cristo como luz del mundo", explica el obispo añadiendo que "el relato evangélico comienza con una revelación sorprendente: la enfermedad no es un castigo divino provocado por el pecado, sino ocasión preciosa para que se manifiesten las maravillas de Dios".

Concluye monseñor Rico indicando que "encontrar luz en la enfermedad y en el sufrimiento es posible para quien acoge la Palabra de Cristo y reconoce la compañía cercana del Señor en la tribulación; Jesucristo, en efecto, se ha hecho nuestro compañero de camino para que podamos vivir todo, incluso el sufrimiento, desde la Esperanza que Él nos trae; el encuentro del ciego con Jesús no sólo le devolvió la vista sino que le abrió al don de la fe. Necesitamos encontrarnos con Jesucristo para llegar a ver como Él".

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