Alcorcón-UD Almería (0-1): Deseos de cosas imposibles

La UD Almería ha regresado a la senda de la victoria, tras la derrota sufrida el jueves ante el Mallorca (0-1), con el mismo marcador. Logrando sobreponerse al mal resultado que rompió la racha de 10 jornadas consecutivas sin perder, de las que en las seis últimas se saldaron con triunfo rojiblanco, logrando que no se pudiera sumar una segunda cita sin conseguir un triunfo. Es decir, impidiendo que la mala racha se alargara más allá de un 'simple' encuentro perdido ante el líder.

Los tres puntos sumados por los de José Gomes han llegado en un partido diferente a lo que tenía acostumbrado el plantel entrenado por el portugués. Porque nunca antes habían logrado un triunfo sin haberse puesto por delante en el marcador (o marcado) en el primer tiempo. La décima victoria rojiblanca de la temporada ha llegado tras alcanzar el descanso sin ningún gol rojiblanco. Y eso que tuvieron ocasiones para marcar en la portería de Dani Jiménez.

Fue una circunstancia más de las que, ante el Alcorcón, el Almería logró cumplir. Deseos de cosas imposibles, como diría La Oreja de Van Gogh. Como lo fue el que Umar Sadiq marcara en el primer balón que tocó. Para poner por delante a la UDA. En un rebote que le benefició. Centro de Akieme, Laure despeja hacia su portería y el balón le llegó al nigeriano. Para anotar su cuarto gol del ejercicio. De nuevo, para darle puntos a los suyos.

Desde ahí, Makaridze. El georgiano ya había sido responsable en el primer tiempo de que el marcador no se moviera con sus intervenciones. Aumentadas en número y grado en el segundo tiempo. Algunas que bien parecían 'cosas imposibles', para aumentar el 'deseo' de los tres puntos. Con 'un golpe de suerte', como en el remate del almeriense Barbero que, tras despejarlo, se estrelló en el palo. Todo cuenta. Y, 'por si acaso, encendiendo en secreto una vela'.

SAMÚ COSTA

Entre uno y otro, 'siguiendo la luz'. La de Samú Costa. El portugués, con máscara protectora, jugó de forma sublime. Para 'ganar la razón al corazón', sin necesidad de 'callarse'. 'Pensando' solamente en el partido que se marcó. El cedido por el Sporting de Braga bien pudo ser 'un poeta que decide trabajar en un banco' o un 'mosquito' dando vueltas por Santo Domingo. En todos lados aparecía y dando la sensación de que estaba en peores condiciones que el resto por esa protección en la cara. Le dio igual. Lo ganó todo. En una parte del campo y en la otra. Ejerciendo de líder a sus 20 años.

Como tiene pinta de que lo será en el futuro, en el que equipo que esté. Esperando, 'como esperan en la Plaza de Mayo', ver si será en la UDA en la Liga Santander. Cuando haya puesto ya todo a sus pies, 'hasta el punto y final'.