Rosa Díez nació en una pequeña población del País Vasco llamada Sodupe, en el municipio de Güeñes. Un lugar en el que vivieron y murieron sus padres y nacieron sus hermanos y ella misma. Allí nos recibe en su casa para realizarle una entrevista. El edificio, noble visto desde el exterior, se enmarca en la ladera de una montaña con vistas a todo el municipio y un paisaje de plena naturaleza. Desde su terraza se puede ver como las nubes ondean sobre los verdes picos a lo lejos. A los pies del inmueble el sonido de un río, el Cadagua que pone banda sonora a cada instante. No obstante más allá de ello, la casa encierra que encierra un curioso secreto tras sus paredes y que Díez desvela durante la entrevista.

"En este salón recibía clases de Historia"

Díez vive y conoce bien la casa debido a que vive desde hace más de dos décadas, desde principios de los años noventa entre su particular historia. La casa según nos cuenta tiene siglo y medio y pertenecía al obispado, quien hizo un instituto que entonces se llamaba interparroquial. Díez cuenta que había que examinarse posteriormente en “Bilbao, en el instituto oficial” pero que estudió el bachillerato. Ahí iba todos los días para estudiar en lo que hoy son diversas estancias del edificio. Posteriormente en el año 1992 compró un piso en su interior y es el que actualmente reside.

Respecto a su distribución, el interior de la misma ha cambiado desde entonces. Un proceso de reforma integral puso fin a los pupitres y las pizarras y se pasaron a los salones y habitaciones. Todo ello en un proceso en el que se vació el edificio respetando la fachada y creando en su interior un total de nueve viviendas. Durante la conversación hace alusión a una de las asignaturas que tuvo durante sus años de estudios: “En este salón recibía clases de historia” en referencia al lugar donde se está realizando la entrevista y estaba sentada en ese momento. Una convivencia con su pasado en un lugar privilegiado.