El plátano es una de las frutas más consumidas del mundo con una gran versatilidad debido a sus múltiples adaptaciones para numerosas recetas y su facilidad para el consumo. Además, está presente en nuestra dieta a lo largo de todo el año siendo una fruta recolectada en todas las estaciones.

Uno de los mitos del plátano es que debido a su gran cantidad de azúcar es una de las frutas que más engorda. Nada más lejos de la realidad, puesto que si lo comparamos con una manzana, la diferencia es apenas insignificante. Esto se debe a que es un alimento con bajas calorías, puesto que solo aporta 85 Kcal por cada 100 gramos, aproximadamente. Cabe destacar que en torno a tres cuartos del peso de un plátano es agua.

En cuanto a sus nutrientes, además de su alto contenido en potasio ideal para los amantes del deporte, el plátano contiene un 31% de la cantidad diaria recomendada de vitamina B6, utilizada en la síntesis de importantes moléculas como la histamina, neurotransimisores y hemoglobina. También contiene Vitamina C necesaria para producir anticuerpos y otorgar al organismo la respuesta inmune saludable que necesita y vital para evitar infecciones y enfermedades.

Debido a su alto contenido en fibra, es una de las frutas ideales para combatir la diarrea, el estreñimiento y otros problemas gastrointestinales. Además, tiene un efecto calmante por su contenido de triptófano, uno de los 20 aminoácidos de las proteínas ayudando a la producción de la serotonina, una hormona con efecto sedante y tranquilizador.

A pesar de la creencia popular sobre el alto contenido de potasio del plátano, hay otros vegetales que son una mayor fuente de este. Este es el caso de las espinacas, la patata o la soja. Sin embargo, el plátano sigue siendo un alimento ideal para evitar contracciones musculares, además de ayudar a prevenir enfermedades del corazón manteniendo estable la presión arterial. Mejora la digestión y fortalece los huesos debido a que el potasio también reduce la eliminación de calcio en la orina.