A pocas horas para que llegue la última noche del año, muchas personas ultiman los preparativos para la cena de Nochevieja. Entre los indispensables de la noche que no puede faltar en ninguna casa se encuentra la uva, preparada ya para las doce campanadas. Pero ¿sabemos realmente de dónde procede la uva que compramos y qué características tiene cada grano antes de llegar a nuestras manos?

En su inmensa mayoría viene de viñedos de la comarca del Vinalopó en Alicante, donde desde mitad de año se empieza a cuidar las uvas que posteriormente darán paso en cada campanada. Un cuidado que se hace embolsando cada grano de forma individual mediante un proceso único “amparado bajo la Denominación de Origen Uva del Vinalopó” afirma Alfredo Miralles, Gerente de Uvasdoce, una de las empresas de referencia en el sector. “Lo primero que obtenemos es un retraso en la maduración, una piel más fina, una coloración uniforme y una protección ante las adversidades climáticas” Y no es para menos, ya que el resultado final no es en ningún caso casual.

Y del campo pasan al almacén de uva, donde cada racimo es cuidado seleccionando solo los mejores granos. Tienen que tener “un sabor, no tiene que tener ningún tipo de mancha la uva y que sea apta para el consumo del cliente” afirma Marcela, trabajadora de Uvasdoce, quien además nos cuenta y enseña el nivel de detalle que se llega a conseguir en este proceso.

Solo por el almacén al que nos desplazamos pasarán más de un millón de kilos de uva en este mes de diciembre. Jornadas maratonianas para evitar que ningún consumidor se quede sin las tradicionales uvas de la suerte. Este año contando además con más de siete variedades solo para Navidad. Unas uvas de la suerte muy cuidadas para endulzar los paladares y empezar el año con buen sabor de boca.