La reciente bajada de temperaturas ha hecho que salten las alarmas en los hogares de España en plena crisis energética. En esta época, la calefacciónes una de las grandes aliadas de las familias para combatir el frío, pero este año ha coincidido con la subida del precio del gas y la luz por la escasez de recursos. Esto va a obligar a algunas familias a hacer auténticos malabares económicos para poder mantener calientes sus hogares, por lo que es importante conocer qué consejos seguir para mantener calientes las casas y reducir el gasto energético.

El principal aliado para el ahorro en los hogares es aprovecharse del sol, una fuente de energía gratuita que si se favorece que entre en casa la calentará y evitará que esos grados tengan que ser obtenidos con gasto de luz o gas.

Un consejo repetido es el de mantener la caldera encendida todo el día para evitar el gasto que supone encender y recalentar desde cero la casa. Esta recomendación es falsa y supone un gasto mayor que si se apaga la calefacción durante los periodos en los que la casa esté vacía, siempre y cuando sean tiempos relativamente largos.

Una de las principales claves para mantener el calor dentro de los hogares es que tenga un buen aislamiento. Para ello, hay que revisar que no haya agujeros por los que pueda entrar el frío, sobre todo en las zonas de juntas de ventanas y puertas. Estos lugares suponen un gran coste energético que, en ocasiones, se pueden solucionar con una simple cinta adhesiva, espuma de poliuretano o silicona.

Otra de las claves es instalar válvulas termostáticas para regular la temperatura de las casas, llegando a ahorrar hasta un 40% más que las casas que no cuentan con este tipo de regulación.

La posición de los muebles juega un papel importante en optimizar el gasto energético. Conviene alejar los muebles de las fuentes de calor, ya que absorben parte de este, sobre todo los de tela. Además, las cortinas y ropa sobre los radiadores restan eficacia a estas fuentes de calor. Respecto al mobiliario, conviene recuperar las alfombras que tienen una función aislante y colocar en las paredes más frías (generalmente son las que tienen orientación norte) muebles que actúen de barrera para el frío.

En general, el objetivo debe ser mantener la temperatura de las casas en torno a los 21 grados, que es la recomendación que el Instituto para la Diversificación y Ahorro de la Energía (IDAE) considera como óptima para no pasar frío, pero ahorrar al máximo. Además, cabe recordar que el Estado reparte bonos energéticos a aquellos hogares más vulnerables para protegerles del frío y ante esta crisis, pretenden reforzar estas ayudas.