Un solitario oficinista chino decidió hace unos días comprar un pequeño perrito para compartir su vida con él. Sin embargo, esta compra tuvo un final inesperado. El hombre adquirió el cachorro a un comerciante, según los medios chinos. Al principio, el pequeño animal no le pudo parecer más entrañable: era diminuta, gordita y negra. Pero, a medida que fue creciendo, el dueño comenzó a ver rasgos que poco tenían que ver con las características de un perro.

De este modo, opto por sacar fotos a la criatura y publicarlas en la red para que los usuarios de las redes sociales le ayudaran a averiguar qué tipo de animal era su mascota. Las primeras averiguaciones le han llevado a creer que el supuesto perro es en realidad una rata de bambú, un roedor que vive en el sur de China, se alimenta del mismo manjar que adoran los osos panda y está considerada una exquisitez culinaria en la provincia de Guangdong.

Resolviendo el caso, el animal es en realidad una cobaya skinny negra, un animal procedente del sur de América que, de forma correcta, se consume como alimento en muchas regiones del mismo modo que en nuestro país comemos pollo. Al no tener ni idea de cómo había que cuidar a un roedor de este tipo, el hombre decidió finalmente dar a su mascota a otra persona que pudiera atenderla de una forma correcta, siempre y cuando no decida comerse al pequeño animal.