Desde que comenzó el confinamiento a mediados del mes de marzo, han sido muchas las personas que se han “lanzado” a la cocina para hacer que su cuarentena se haga más amena. Uno de los platos típicos que todo el mundo conoce es el pan. El problema se encuentra en que lleva mucho tiempo hacerlo por la diferencia de texturas de los ingredientes y debes elaborarlo con todo el mimo posible.

Si queremos conocer la manera en la que surgió el pan, deberíamos hacer un pequeño viaje al pasado. En concreto, a la Época Neolítica, mientras el hombre conocía ya las semillas y cereales y trabajaba con estos componentes. Habían determinadas zonas en el mundo propicias por aquel entonces, y hasta nuestros días, propicias para la elaboración del pan. Por ejemplo, Egipto. El río Nilo otorga las condiciones idóneas para el crecimiento de los cereales.

Los ingredientes típicos para hacer pan son: agua, sal, harina y levadura. Los expertos aseguran que un pequeño fallo en las medidas puede desperdiciar su elaboración. Además, en artículos anteriores, hemos llegado a señalar que los errores que solemos cometer se encuentran en que amasamos en exceso, abusamos de la harina, fermentamos demasiado la masa, no controlamos correctamente la temperatura del horno o cortamos el pan con violencia.

Aunque esto se va a acabar con un sencillo truco que te vamos a desvelar y, posiblemente, te hará cambiar la manera en la que cocinas este plato. El ingrediente principal que vas a necesitar es algo tan básico que te puedes encontrar en cualquier hogar: el huevo. Sí, has leído bien. Estás a punto de aprender a cómo preparar pan con huevos. Escoge tantos como desees, pero no te pases. Y, para que resulte más saludable, vamos a separar la yema de la clara. Lo que haremos con esta última será batirla.

Una vez hecho esto, podemos añadirle las especias que desees, todo al gusto del consumidor. Después introduce lo batido en un recipiente de cristal, aunque también puedes ponerlo en un plato hondo. La elección de uno u otro solo alterará la forma que adquirirá nuestro pan. Tras esto, lo introducimos en el microondas, entre unos 4 y 5 minutos, a potencia máxima. Tal cual sale del micro, lo pasamos por la sartén para que se tueste a la planta y... “¡whala!” Ya tienes tu pan.