Con el frío nuestro organismo hace todo lo posible por mantener la temperatura corporal carcana a los 37 grados. Y es por eso que cuando las bajas temperaturas arecian, nuestro cuerpo nos pide comida caliente. A nadie se le escapa que con las bebidas calientes, como sopas o infusiones, entramos en calor, pero hay más:
Sopas
Nada mejor que un caldo para aumentar nuestra temperatura. Además nos aportan vitaminas y si les añadimos picadillo de huevo o pollo, también proteínas.
Infusiones
Además de reconfortantes también pueden ser saludables y ayudarnos a combatir los resfriados si llevan algún otro ingrediente como el jengibre que ayuda a eliminar la mucosidad, el sauco con propiedades antiinflamatorias y antisépticas o la melisa con aceites esenciales antibióticos.
Frutos secos
La naturaleza es sabia y si en esta época hay castañas, nueces o avellanas, es por algo. Tienen un alto aporte energético que nos ayuda a mantener la temperatura corporal pese al frío.
Legumbres
Además de comerlas calentitas, su alto contenido en hidratos, proteína, fibra, hierro o vitamina B nos da un chute extra de energía, perfecto para combatir el frío.
Leche y miel
Caliente y acompañada de miel, es una opción perfecta. De la leche, advierten algunos expertos, no debemos de abusar porque provoca mucha mucosidad. Las miel por su parte, sí que nos da energía, tiene propiedades antimicrobianas y energéticas, además de potasio, magnesio y hierro o vitaminas A, B, C y E.
Pescados
Los pescados ricos en ácidos grasos como el Omega 3 (salmón, caballa, arenque, sardinas, atún...) además de buenos para el corazón ayudan a combatir las gélidas temperaturas del invierno.
Chocolate negro
Según algunos estudios tiene propiedades antitusivas y es rico en magnesio, perfecto para tonificarse cuando hace frío.
Cítricos
Naranjas, pomelos, kiwis, limones son ricos en vitamina C , que refuerza nuestro sistema inmunológico ante la bajada de los termómetros.