Arroz y pasta. Ambos alimentos están entre los más socorridos en nuestra mesa. Son platos sencillos, baratos y rápidos de preparar y que suelen contar con bastante buena aceptación en la mesa.

El problema es que esta versatilidad hace que cada vez abusemos más de ellos. De hecho, los menús escolares actuales no cumplirían con las recomendaciones de la Agencia Española de Seguridad Alimentaria y Nutrición al faltarles legumbres, huevos y fruta y pecar precisamente de exceso de pasta, arroz y platos precocinados, según el análisis realizado por la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU).

Estos dos alimentos junto con las patatas se sirven en comedores escolares unas 3 veces a la semana, un poco por encima de las recomendaciones nutricionales.

Valor energético

El valor energético de ambas es bastante similar, entre 350 y 370 kcal por 100 gramos. Siempre se ha cuestionado cuál engorda más, si bien lo cierto es que el impacto en nuestro organismo dependerá de otros factores como el peso que tengamos o nuestro metabolismo.

No hay que olvidar que se trata de fuentes de hidratos de carbono, nutrientes básicos en nuestra dieta, pero su abuso especialmente si llevamos una vida sedentaria, puede llevarnos a problemas de sobrepeso.

Es por ello que para mantener a raya las calorías, las pastas integrales puedan ser las más indicadas. Son más ricas en fibras y proteínas y más pobres en calorías e hidratos de carbono. Eso sí, siempre teniendo en cuenta que hay que cuidar muy bien las cantidades y evitar consumirlos en exceso.

Diferente valor nutricional

Sí que difieren en cuanto al valor nutricional. La pasta contiene más proteínas que el arroz y es una fuente de vitaminas H, E, B, hierro, magnesio o potasio.

El arroz por su parte cuenta con un mayor número de carbohidratos, además de un mayor índice glucémico. Tiene tambié fibra, sodio, potasio, fósforo, aceites vegetales, calcio, hierro, vitamina B1 o B12, entre otras.

Ojo a las sobras

Algo que debemos de tener en cuenta es que tanto el arroz como la pasta, una vez cocinados y sino los hemos consumido, debemos guardarlos en la nevera. Eso sí, esas sobras deberían de consumirse antes de las 24 horas siguientes por el riesgo que podrían implicar. Y desde luego, siempre hay que manipularlas respetando las reglas de higiene y seguridad alimentaria y refrigerándolas pronto.

El bacillus cereus, en la picota

El problema es que su sabor pasados los días no cambia y puede despistar. Sin embargo aunque no lo veamos esas sobras puedes contener toxinas de Bacillus cereus, una bacteria que "produce unas esporas que son capaces de resistir la cocción", según explica la OCU.

Además este tipo de bacteria está más asociada a alimentos ricos en hidratos de carbono como es el caso de pastas o arroces.

Síntomas de intoxicación

La horquilla de síntomas puede variar desde una molesta diarrea o vómitos hasta muy grave, con fatales consecuencias.

Para evitar la intoxicación con este microorganismo o con cualquier otro patógeno, la OCU recomienda una serie de medidas como utilizar utensilios y recipientes limpios para manipular la comida, evitar la comida ya cocinada entre en contacto con alimentos crudos, añadir las especias antes de que termine el cocinado para que cuezan un poco, ya que es frecuente que haya esporas de bacterias o mohos en las especias o hierbas aromáticas o refrigerar la comida cocinada cuanto antes.

Cómo recalentar

Además, si vamos a recalentar, seleccionar mejor solo la porción que vayamos a consumir. Es más cuando lo hagamos es mejor hacerlo a conciencia, al menos 80-90 ºC para que se destruyan las bacterias.