Le para la Guardia Civil en una carretera de Huelva y el agente alucina por la reacción del conductor en pleno control
Lo ocurrido no pasó desapercibido por parte de los agentes que pararon el vehículo

Madrid - Publicado el
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Los agentes de la Guardia Civil, muchas veces, se encuentran con situaciones y hallazgos un tanto curiosos en los controles que realizan en las carreteras españolas. Un ejemplo de ello es lo que ocurría, hace escasas semanas, en Huelva.
Allí, una patrulla de la Guardia Civil dio el alto a un coche. Parecía que llevaba exceso de carga. Y es que el conductor, que fue detenido, llevaba en el coche una gran cantidad de cable de cobre distribuido en los asientos traseros y lo llamativo es que el peso del cable superaba los 700 kilogramos.
El conductor, una vez detenido el vehículo, intentó huir a pie. Trató de ocultarse en un campo próximo. Algo que, seguro, llamó mucho la atención de los agentes. Tal y como informaron desde la Benemérita, la intervención de los agentes permitió su detención en un municipio sevillano llamado Pilas.

Guardia Civil
Poco tiempo después se descubrió que esos kilos de cobre correspondían a las líneas telefónicas que conectaban las localidades de Jabugo y Castaño del Robledo, en Huelva.
Pero es que, además, el vehículo se descubrió que había sido adquirido por el detenido un año atrás. No obstante, el coche no estaba a su nombre. Estaba a nombre todavía del anterior propietario que ya había fallecido. Una circunstancia que complicó a los agentes la identificación por la matrícula.
Sea como fuere, esta escena demuestra la cantidad de circunstancias variadas con las que tienen que lidiar los agentes. Y que dan cuenta de la picaresca española.
OTRA ESCENA CURIOSA QUE INTERCEPTÓ LA GUARDIA CIVIL EN UNA CARRETERA DE BURGOS
En este caso, lo que parecía un control rutinario de tráfico en la antigua AP-1 se convertía en una sorpresa para los agentes del Subsector de Tráfico de Burgos. Todo comenzó cuando observaron cómo un camión articulado circulaba de manera irregular, haciendo movimientos en zigzag, a su paso por la comarca de La Bureba, en plena provincia burgalesa.
Los agentes, sospechando una posible conducción negligente, dieron el alto al vehículo para inspeccionarlo.

La Guardia Civil no da crédito: detienen un camión y quien baja no es quien conducía
Al acercarse a la cabina, la sorpresa fue mayúscula: quien descendió del camión fue una mujer. Sin embargo, los guardias civiles estaban seguros de haber visto a un hombre al volante minutos antes.
Tras realizar una inspección del tacógrafo, un dispositivo que registra datos sobre la conducción, descubrieron el truco.
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Los dos conductores, en connivencia, se habían intercambiado las tarjetas que identifican al conductor activo durante el trayecto. Todo apunta a que esta artimaña tenía como objetivo alargar la jornada laboral más allá de los límites permitidos por la normativa de transportes, infringiendo las leyes sobre los tiempos de descanso y conducción.
El engaño no quedó ahí. Según las investigaciones, ambos chóferes habrían realizado el cambio de conductor en marcha, lo que explicaría los movimientos erráticos que llamaron la atención de los agentes. Esta acción no solo supone un grave riesgo para la seguridad vial, sino que también constituye un delito de falsedad documental, recogido en el Código Penal.
El caso se encontraba en manos del Juzgado de Instrucción número 2 de Miranda de Ebro. Los dos implicados se enfrentaron a varias denuncias administrativas.