Con la llegada del invierno, la bajada de las temperaturas y con el virus del COVID, todavía presente, es crucial comprender las diferencias entre la gripe común, la gripe A y el COVID-19.

Si bien estas enfermedades comparten síntomas similares, reconocer las particularidades de cada una de ellas es esencial para un diagnóstico preciso y, por tanto, para un tratamiento adecuado.

Las similitudes en los síntomas de estas enfermedades pueden generar confusión, pero existen diferencias clave que pueden ayudar a distinguirlas. A continuación, te las presentamos a partir de varias guías médicas que hemos consultado:

COVID-19: Este virus se caracteriza principalmente por síntomas respiratorios, como tos seca persistente, fiebre, dificultad para respirar y fatiga.

Además, la pérdida del gusto y del olfato ha sido un síntoma distintivo, aunque bien es cierto que no lo sufren todas las personas afectadas.. Algunos enfermos también pueden experimentar síntomas gastrointestinales, como náuseas, vómitos o diarrea, aunque no son tan comunes como los síntomas respiratorios.

Gripe A: La gripe A puede manifestarse con síntomas más intensos y rápidos que la gripe común. Además de fiebre, tos y dolores musculares, los síntomas pueden incluir dolor de cabeza intenso, escalofríos y fatiga extrema. A menudo, los síntomas musculares son más pronunciados en la gripe A que en la gripe común.

Gripe común: Aunque comparte síntomas generales con las otras enfermedades, la gripe común suele tener un inicio más gradual. Los síntomas pueden ser menos intensos, y la fiebre tiende a ser menos alta que en la gripe A. Además, la congestión nasal y la secreción nasal son más comunes en la gripe común que en las otras enfermedades.

Test para una detección adecuada

Ante la aparición de síntomas, es fundamental buscar atención médica para obtener un diagnóstico preciso.

Los médicos pueden realizar pruebas específicas, como pruebas de hisopado nasofaríngeo para COVID-19 o pruebas de detección de la gripe, para identificar el virus responsable de los síntomas.

Consejos para evitar la enfermedad

Independientemente de la enfermedad, las medidas de prevención son vitales para reducir la propagación de enfermedades respiratorias. Lavarse las manos regularmente, usar mascarillas, mantener el distanciamiento social y vacunarse contra la gripe anualmente son pasos esenciales para protegerse y proteger a los demás.

¿Qué comer o beber si te has contagiado de la gripe?

Los expertos aseguran que, si bien es cierto que no cura, lo que se come o bebe durante un episodio de gripe sí puede ayudar a que el cuerpo se recupere de una mejor manera.

A continuación, te presentamos una serie de consejos:

Hidratación: Beber líquidos es fundamental. Agua, caldos, tés de hierbas o incluso bebidas deportivas pueden ayudar a reponer los líquidos perdidos debido a la fiebre y la transpiración. Ante la duda, siempre es recomendable consultar con el médico.

Alimentación nutritiva: Aunque el apetito pueda disminuir durante la enfermedad, consumir alimentos nutritivos es crucial para ayudar al sistema inmunológico. Sopas, frutas, verduras y alimentos ricos en proteínas pueden ser beneficiosos.

Descanso: Descansar lo suficiente es clave para permitir que el cuerpo se recupere.

Suplementos y remedios naturales: Algunas personas recurren a suplementos como la vitamina C, el zinc o el equinácea para fortalecer el sistema inmunológico. En este caso, siempre es recomendable hablar con un profesional de la salud antes de tomar cualquier suplemento.

Evitar alimentos irritantes: Durante la gripe, es aconsejable evitar alimentos que puedan irritar la garganta, como alimentos muy condimentados o ácidos.

En general, es importante escuchar al cuerpo y adaptar la alimentación según la tolerancia individual durante la enfermedad.