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Es el ave más grande capaz de volar que se automedica con hierbas medicinales utilizadas por el hombre

Las grandes avutardas, que habitan en la península, comen plantas con compuestos químicos con efectos antiparasitarios sobre todo durante la época de apareamiento

Un ejemplar de gran avutarda

Tiempo de lectura: 3'Actualizado 16:45

Un grupo de ocho investigadores, con el doctor Luis M Bautista-Sopelana -científico del Museo Nacional de Ciencias Naturales de Madrid-, al frente, han evidenciado que el ave viva más pesada capaz de volar, las grandes avutardas, buscan activamente dos plantas que poseen compuestos que pueden matar patógenos, tal y como se conoce en la medicina tradicional.

Esto se puede considerar un raro ejemplo de un pájaro que usa plantas contra la enfermedad, es decir, que se automedica, según el estudio publicado en Frontiers in Ecology and Evolution. "Aquí mostramos que las grandes avutardas prefieren comer plantas con compuestos químicos con efectos antiparasitarios in vitro", dice el doctor Luis M Bautista-Sopelana.

La coautora de la investigación, la doctora Azucena González-Coloma, investigadora del Instituto de Ciencias Agrícolas de Madrid, especifica que "las avutardas buscan dos especies de malas hierbas que los humanos también usan en la medicina tradicional. Hierbas que contienen antiprotozoarios y nematicidas (compuestos para matar gusanos) y agentes antifúngicos".

Las grandes avutardas, clasificadas como "vulnerables" en la Lista Roja de Especies Amenazadas de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza, se reproducen en pastizales desde Europa occidental y el noroeste de África hasta Asia central y oriental.Aproximadamente el 70 % de la población mundial vive en la península ibérica.



Amapolas y el bugloss de la víbora morada, sus grandes antídotos

El 70 % de la población mundial de avutardas vive en la península ibérica. El equipo que ha llevado a cabo el estudio ha observado a esta ave tan especial desde principios de la década de 1980, principalmente en las regiones de Madrid y Castilla y León.

Tras recolectar un total de 623 excrementos de avutardas hembras y machos, incluidos 178 durante la temporada de apareamiento que se produce en el mes de abril, descubrieron al observar al microscopio abundantes restos reconocibles (tejido de tallos, hojas y flores) de 90 especies de plantas que crecen localmente y que se conocen como parte del menú de las avutardas.

Entre esas 90 especies resaltaban dos especies, consumidas por las avutardas con más frecuencia de lo esperado por su abundancia: amapolas de maíz (Papaver rhoeas) y bugloss de la víbora púrpura (Echium plantagineum).

Campo de amapolas cerca de Soria


"Las avutardas seleccionan la amapola y el bugloss de la víbora morada principalmente en la temporada de apareamiento, en abril, cuando su gasto de energía es mayor. Y los machos, que durante estos meses dedican gran parte de su tiempo y energía a la exhibición sexual, las prefieren más que las hembras", explica el doctor Bautista-Sopelana.

Bugloss de la víbora púrpura


Por su parte, la doctora González-Coloma subraya que "en teoría, ambos sexos de avutardas podrían beneficiarse de buscar plantas medicinales en la temporada de apareamiento, cuando las enfermedades de transmisión sexual son comunes, mientras que los machos que usan plantas con compuestos activos contra las enfermedades pueden parecer más sanos, vigorosos y atractivos para las hembras".

Los análisis de ambas plantas muestran que son altamente efectivas para inhibir o matar protozoos y nematodos in vitro, mientras que el bugloss de la víbora púrpura también es moderadamente activo contra los hongos.

Los autores concluyen que las grandes avutardas son candidatas principales para aves que buscan plantas específicas para automedicarse. "La prueba definitiva de la automedicación requiere protocolos experimentales desarrollados en la biomedicina, veterinaria y farmacología", declaró Bautista-Sopelana.

La automedicación en animales se sabía que ocurría, en mayor o menor grado, en animales tan diversos como primates, osos, ciervos, alces, guacamayos, abejas y moscas de la fruta, siendo complicado demostrarlo en animales salvajes, advierte el doctor Bautista-Sopelana: "No podemos comparar entre tratamientos de control y experimentales. Y los ensayos doble ciego o los estudios de dosis-efecto, pasos obligatorios en medicina humana o veterinaria, son obviamente imposibles en los animales salvajes".





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