Un término que parece muy complicado pero es algo que hacemos todos los días. Infusionar puede servir para muchas cosas, desde servirte un café por las mañanas a un caldo rápido para recuperarnos de un chaparrón inesperado.

La clave para disfrutar de todas las variedades que ofrece esta técnica se encuentra en que podemos utilizar cualquier líquido. La peculiaridad es que no hay una manera única de hacerlo, cada producto tiene su pequeño truco.

Y aunque parezca una técnica culinaria muy alejada desde Fuera de carta te ofrecemos una serie de trucos que harán que tu cocina de un auténtico salto.

Agua

Calentamos el agua hasta que esté a punto de hervir. El siguiente paso es importante, hay que retirar el agua de la fuente de calor porque, ojo, en el caso de que siguiese en el fuego estaríamos cociendo o escaldando el producto y eso no nos interesa.

En este momento añadimos el té, el café o incluso unas verduras para hacer un caldo rápido que a modo de consomé puede servirnos para dar un toque original a nuestros platos.

Leche

El primer paso, calentar la leche a fuego medio. Después añadimos las especias o frutas que queremos integrar en nuestro líquido. Así es como se hace, por ejemplo, el arroz con leche. Se introduce una rama de canela y piel de limón para que poco a poco vaya cogiendo sabor y los aromas.

Aceite

Mucho más sencillo. Introduce en un tarro las especias y cúbrelas con el aceite a temperatura ambiente. Dejalo en un lugar oscuro, que vaya absorbiendo los matices gustativos, que se perfume…

Una buena opción podría ser cayena, para darle un toque picante y albahaca para darle una esencia que nos lleve directamente a Italia cuando le añadas esta mezcla a una pizza, a una ensalada capresse o por ejemplo a una ensalada de pasta.