No es el cometa Halley, que pasa por la Tierra cada 76 años, ni ninguno de esos fenómenos solares o lunares que, con suerte, una persona puede ver una vez en la vida; pero sí es verdad que hacía muchísimo tiempo que el toreo no tenía la dicha de descubrir, disfrutar y hasta soñar con un chaval de tan solo 14 años que posee unas cualidades para revolucionar el cotarro taurino desde ya.

Fue en 2015 cuando Marco Pérez, que así se llama este niño prodigio, se dio a conocer en un tentadero que organizó la Escuela de Salamanca en el mismo ruedo de la Glorieta después del Desenjaule que cada año sirve de antesala a la feria de la Virgen de la Vega.

Lo que se vivió entonces dejó atónitos a todos los espectadores, algo difícil de describir, pues ver a un "renacuajo" de 7 u 8 años desenvolverse con semejante desparpajo, gusto, poso y hasta madurez delante de una vaquilla hizo que en aquel momento naciera una estrella en el firmamento taurino.

Después llegaron vídeos de tentaderos y el "fichaje" por el francés Juan Bautista como apoderado, el hombre que ha ido puliendo este diamante en bruto, llevándolo muy "tapado" todo este tiempo, alejado de cualquier foco o distracción que pudiera perjudicar la formación de un chico que ha ido alternando el campo con sus estudios en la escuela y con los hobbys propios del niño que es.

Este año se ha destapado definitivamente, primero en América, donde el pasado invierno cautivó a los aficionados, sobre todo, en un festival en Manizales, donde triunfó con Roca Rey; y ahora en Granada, también de corto, el vestido que no podrá abandonar hasta que cumpla los 16, pues esa es la edad mínima en España para enfundarse el de luces y poder actuar en sus primeras novilladas oficiales.

Hoy solo cortó una oreja por fallar a espadas, pero lo verdaderamente bueno fue la dimensión que ofreció, cautivando a unos tendidos que no se creían lo que veía, pues, aunque el novillo andaba en el límite de todo, el pequeño Pérez ya se gustó en un quite por chicuelinas ajustadísimas.

Tras brindar al tendido surgió la magia: Ligazón, torería, gusto exquisito y un mando que puso a la gente con los continuos oles en las gargantas. Hubo emoción y sorpresa ante aquel vendaval al que sólo le había faltado que el novillo tuviera más fuerza para tener continuidad en la faena. Falló con la espada y el presidente le negó la segunda oreja pese a la insistencia del tendido.

Tras este "acontecimiento", la tarde, con tintes benéficos (los fondos van destinados a la Asociación Síndrome de Down de Granada) dejó también momentos interesantes, a pesar de lo poco que se prestaron los novillos de Hermanos García Jiménez.

Morante dejó detalles de exquisito gusto ante un novillo, el primero, blando y soso, al que no pudo someter en ningún momento.

El Juli descorchó el marcador de trofeos de la tarde al cortar las dos orejas del flojo y desrazado segundo, al que sostuvo a media altura a lo largo de una faena técnica y bien acogida por los tendidos.

El mismo balance cosechó El Fandi, que nada más que pudo lucirse en los primeros tercios: dos largas cambiadas, afarolados, lopecinas y hasta cuatro pares de banderillas. En la muleta se topó contra un mulo que no quiso nunca pelea. Aún así cortó las dos orejas.

Una solo trofeo paseó Manzanares del cuarto, el astado más manejable hasta ese momento y al que el alicantino diseñó una labor que aunó momentos templados y estéticos con otros en los que faltó mayor continuidad.

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Joselete cautivó a sus paisanos ante un quinto que sirvió hasta que se rajó y después de que el granadino lo saludara a portagayola y le instrumentara varias series de muletazos largos y ligados en el centro del platillo. Faena meritoria abrochada por bernadinas y premiada con dos orejas.

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FICHA DEL FESTEJO

Granada, domingo 3 de abril de 2022. Festival del Granadown. Dos tercios de plaza.

Cinco astados de Hermanos García Jiménez, cuatreños primero y cuarto, cómodos y parejos, blandos y desrazados en conjunto. El cuarto fue el más manejable. El sexto fue un eral de Olga Jiménez, también de escasa fortaleza.

Morante de la Puebla, ovación.

El Juli, dos orejas.

El Fandi, dos orejas.

José María Manzanares, oreja.

El novillero Joselete, dos orejas.

El becerrista Marco Pérez, oreja con fuerte petición de la segunda.

Incidencias: Al finalizar el paseíllo se guardó un minuto de silencio en recuerdo de Paco Cagancho, asesor de la plaza de toros de Granada, y por el doctor José Sánchez Ortiz, cirujano jefe del coso granadino durante 38 años.