El festival resultó mejor de lo esperado en lo referido a la presencia de aficionados en el tendido. Cuando todo apuntaba a una entrada más que desangelada, la soleada mañana y la inercia mediática de la recogida de alimentos, junto a la fidelidad de Albacete a sus toreros, se tradujeron en una mejor entrada respecto a la de la última edición, aunque sin ser para tirar cohetes, ni mucho menos.

Por eso, nos quedaremos con el sol de lo bueno sucedido y no con la sombra de, por ejemplo, una fecha para nada favorable a lograr una buena entrada para ayudar al Sagrado Corazón. Toca reflexionar y aplicar nuevas fórmulas para que, pandemias al margen, lograr que el Sagrado Corazón vuelva a conseguir una entrada magnífica.

En el apartado artístico, Andrés Palacios dejó destellos de buen trazo, especialmente al natural, ante un novillo de Bañuelos tan noble como falto de todo lo demás. Sin casta ni fuerza por parte del astado, el diestro hizo lo propio y lo ajeno. Mató de estocada algo delantera y cortó una oreja.

Pinar se las vio con un ejemplar de Nazario Ibáñez que no lo puso fácil en ningún momento. Medias embestidas y arrancadas sin entregarse y sabiendo lo que se dejaba atrás, llegando a voltear a Rubén en un aparatoso lance, sin consecuencias, gracias a Dios. Firmeza del manchego en una labor con algunos enganchones en las telas pero siempre bien asentado. Dejó un pinchazo en lo alto y luego una estocada un pelín trasera aunque en la rectitud, y se le premió con una oreja.

El tercero, de Fernando Moreno de “Los Chospes”, se desplazaba con nobleza y clase por ambos pitones aunque sin demasiada transmisión. Tendero se gustó y firmó varias series con temple y ligazón, destacando las más ajustadas con el utrero. Tras el animoso trasteo, finalizado con toreo de rodillas, mató de estocada y obtuvo dos orejas.

Sergio Serrano no se arrugó en ningún momento ante un serio ejemplar del Retamar que se iba apagando y quedándose cada vez más parado. Sergio cumplió con creces y de más hizo ante un astado con forma pero sin fondo en una condición que nunca invitó al lucimiento. Mató de media estocada caída y cortó una oreja.

El quinto de “El Pilar” para Pedro Marín acusó la vuelta de campana que dio casi al comienzo de la lidia y eso provocó varios blandeos y pérdidas de manos que impidieron una faena ligada. Marín dejó una larga faena esforzada y a base de tesón, tras pinchazo sin soltar y estocada un poco caída, cortó una oreja.

Carretero se enfrentó al de Sonia González en el sexto capítulo, el menos lucido debido a la sosería del utrero y a alguna colada. Diego lo intentó pero su quehacer nunca llegó a despegar. Tras pinchazo y estocada en buen sitio, se concedió una oreja.

Por último, el alumno de la Escuela, Pedro Monteagudo, dejó varias series con limpieza ante el de Daniel Ramos que se desplazaba a su aire y terminó yendo a menos. Algunos desarmes, lógicos por otra parte, no emborronaron una pulcra labor y buena actitud. Tras pinchazo y estocada trasera, logró un trofeo.

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FICHA DEL FESTEJO

Albacete, domingo 7 de noviembre de 2021. XXXI edición del festival a beneficio del Cotolengo. Algo más de un cuarto de plaza en mañana soleada.

Novillos-toros, por este orden, de Antonio Bañuelos, Nazario Ibáñez, “Los Chospes”, “El Retamar”, “El Pilar”, Sonia González y Daniel Ramos. Desiguales de presentación y juego. El mejor, el de “Los Chospes”.

Andrés Palacios, oreja.

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Rubén Pinar, oreja.

Miguel Tendero, dos orejas.

Sergio Serrano, oreja.

Pedro Marín, oreja tras aviso.

Diego Carretero, oreja.

El novillero Pedro Monteagudo, oreja tras aviso.