Miles de personas y grandes figuras de los toros han pasado esta mañana de domingo por la capilla ardiente del torero albaceteño Dámaso González, que falleció ayer en Madrid a consecuencia de una grave enfermedad.

Minutos antes de las 8:30 horas abría sus puertas la capilla, instalada en la Plaza de Toros de Albacete, cuyas banderas lucían desde ayer crespones negros en señal de duelo.

Desde entonces y hasta las 12:30 horas han sido miles las personas que han pasado por el lugar, muchos de ellos ciudadanos anónimos que han demostrado el profundo cariño que la ciudad tiene hacia Dámaso González.

Figuras del mundo del toreo, como El Juli, Enrique Ponce y Espartaco, han llegado pasado el mediodía.

Precisamente, junto a El Juli, Dámaso González abrió su última puerta grande en esta Plaza de Albacete, en 2003, en una corrida a beneficio de la Asociación Asprona.

Espartaco, Ortega Cano, El Soro, Miguel Ángel Perera o Pepín Liria también han acudido a la capilla ardiente.

El secretario de Estado de Educación, Marcial Marín, ha acudido junto al alcalde de la ciudad, Manuel Serrano, y el presidente de la Diputación Provincial, Santiago Cabañero.

Serrano ha lamentado la "gran pérdida" que supone la muerte de Dámaso González "que fue un gran embajador de la ciudad de Albacete".

La capilla ardiente ha finalizado con la última vuelta al ruedo del diestro en la Plaza de Toros de Albacete. 

Posteriormente, la catedral de Albacete se ha quedado pequeña en el funeral de Dámaso, cuyo féretro fue portado desde la plaza de toros por toreros y familiares.

Tras el funeral, los restos mortales del diestro fallecido han sido trasladados al cementerio de Albacete donde serán incinerados esta tarde.

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En la homilía se ha recordado el carácter "generoso y amable" de Dámaso González.

En nombre de la familia, la mayor de los cuatro hijos del diestro, Sonia González, ha dado las gracias "por el gran cariño que todos estáis demostrando" por su padre.