Es posible que más de una vez hayas puesto a cargar tu teléfono móvil y hayas tenido problemas. Lo primero que podríamos pensar es que nuestro móvil está roto o que tal vez la culpa sea del cargador. Es posible que el conector no se ajuste correctamente a la ranura y no haga correctamente el contacto.

Llegados a este momento, hay muchas personas que inmediatamente piensan que es necesario cambiar de teléfono. La realidad, no obstante, puede ser muy distinta

Es posible que el cable de nuestro cargador tenga algún desperfecto y no tenga la suficiente carga eléctrica para poder rellenar la batería de nuestro teléfono. Hay quienes piensan incluso que el problema puede ser el software de nuestro dispositivo, pero cabe una tercera posibilidad: es posible que la ranura de carga tenga restos de suciedad. De hecho, esta es la posibilidad que más veces suele repetirse entre todos aquellos usuarios que reportan problemas de este tipo. Muchas veces, la ranura de carga se llena de polvo, restos de comida, pelusas de nuestro bolsillo... la realidad es que limpiarla es más sencillo de lo que parece.

¿Cómo limpiar la ranura de carga de mi teléfono móvil?

Para poder realizar una buena limpieza de la ranura de carga de nuestro teléfono móvil es muy sencillo y tan solo necesitaremos una linterna, un palillo y algodón. No obstante, hay quienes optan también por utilizar una aguja o algún objeto alargado que nos permita acceder fácilmente a la ranura.

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Para llevar a cabo la limpieza de nuestro móvil, deberás apagar tu teléfono. A continuación, deberás tomar un palillo y un pequeño pedazo de algodón. Seguidamente no tendrás nada más que enrollar suavemente la pieza de algodón alrededor de la punta del palillo y tendrás que introducirlo en el orificio de carga.

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Para limpiarlo correctamente, te recomendamos rascar con mucho cuidado para no dañar el puerto de carga y romper los contactos eléctricos. De hecho, podrás comprobar al extraer el palillo que el algodón contiene restos de suciedad. En el caso de no haber utilizado algodón, deberás rascar cuidadosamente la ranura con el palillo para extraer los restos que pueda contener, a poder ser siempre de un lado hacia otro para arrastrar hacia fuera la suciedad.

La suciedad, seguramente, esté muy compactada, así que es probable que tengas que repetir este proceso varias ocasiones para retirar toda la suciedad posible. De hecho, una vez concluido el proceso, podrás volver a insertar el palillo y te sorprenderás al ver que aún hay pequeños restos de suciedad. Una vez terminada la limpieza del orificio de carga, es posible que el conector entre fácilmente y se sujete firmemente.